El reflujo gastroesofágico es uno de los problemas más frecuentes en los recién nacidos, e incluso en bebés de 3 meses y hasta 12 meses. El reflujo es tan común que la mitad de los pequeños puede presentarlo, es solo cuestión de poco tiempo para quitarse.

Si tu bebé tu bebé tiene un reflujo al nacer y esto persigue durante los tres primeros meses, no hay de qué preocuparse, solo sigue algunas instrucciones que daremos en este artículo y verás que en el paso de los días se enmendarán los síntomas de esta situación.

¿Qué es el reflujo gastroesofágico y cuáles son los síntomas del reflujo infantil?

El reflujo gastroesofágico es un inconveniente digestivo que tienen los bebés recién nacidos donde el contenido del bolo alimenticio, que por lo general es leche materna, se regresa desde el estómago hacia el esófago.

El esófago es un fragmento superior de tracto digestivo continuo al estómago que se une a este mediante un esfínter, un músculo en forme de anillo que permite el paso unidireccional hacia el estómago.

En los recién nacidos, este músculo, llamado esfínter esofágico inferior, no ha sido desarrollado completamente, por lo que esa válvula unidireccional que representa su función es no hace bien su trabajo y entonces puede que el bolo alimenticio se regrese desde el estómago al tuvo esofágico provocando una serie de síntomas en los pequeños de la casa.

Los síntomas del reflujo gastroesofágico es comúnmente el hecho de arquear la espalda; el bebé tiende a echar su cuello para atrás por la sensación que siente a nivel del pecho. El regurgitar lo que ingiere es otro signo; la tos; el rechazo de la teta y otros alimentos; el llanto prolongado; y depende sea el caso, el vómito fuerte.

Si ves que tu bebé ha mostrado estos síntomas, no hay motivo de preocupación, y solo debes considerar las recomendaciones del médico.

Tipos de reflujo en bebés y enfermedad por reflujo gastroesofágico

En realidad la palabra reflujo se refiere al mismo mecanismo donde el alimento ingerido se regresa desde la cavidad estomacal hasta el esófago. Lo que cambia y hace que se clasifiquen en tipos son sus distintas causas, que dependiendo cuales fuesen, llevan su tratamiento.

El estómago contiene una cantidad enorme de ácidos tan fuertes, usados para degradar todos los nutrientes que entran en su interior, que son capaces de generar efectos perjudiciales sobre los tejidos internos del esófago. La enfermedad por reflujo gastroesofágico es cuando ocurre el paso de ese ácido e irrita y deteriora el recubrimiento esofágico.

Otra causa de este paso de nutrientes en sentido contrario es la llamada estenosis pilórica, donde existe un estrechamiento del tracto digestivo a nivel de la transición entre el píloro (última porción de estómago) y el intestino delgado. Eso genera una acumulación de ácidos en la cavidad estomacal, pues no se evacúan correctamente al intestino, y que puede subir hacia el esófago, por lo que el bebé puede necesitar atención médica.

Una razón bastante frecuente del reflujo gastroesofágico es la intolerancia a ciertos alimentos como el caso de la leche vacuna, pues esta tiene una proteína que no puede ser procesada adecuadamente por el estómago y por ende, devuelve el contenido.

¿Cómo aliviar el reflujo en bebés recién nacidos y qué tratamientos hay?

El reflujo gastroesofágico por lo regular desaparece sin ninguna complicación con ciertos cuidados que debemos tener al tratarlo en nuestros bebés.

Solo basta aliviar los síntomas tomando en cuenta tres razones por las que un bebé normalmente presenta este problema: la primera es que suele suceder con pequeños que por lo general se pasan el tiempo acostados; la segunda es que su dieta está basada en líquidos únicamente; y la tercera es que el problema suele presentarse en bebés prematuros.

Si el problema persiste más allá el año y medio, y además el pequeño ha demostrado un crecimiento en su tamaño inferior a lo esperado, con un constante sangrado en las heces. Aunado a ello presenta inconvenientes en la respiración sumado a una tos que se puede considerar crónica, puede que exista una complicación.

Es aquí cuando debes acudir al profesional en neonatología o pediatría para analizar la ruta de tratamiento médico específico a seguir.