Una cocina bien equipada y diseñada permite ahorrar energía. A continuación, algunos tips para lograrlo.
-Las heladeras y freezers de clase A+ consumen un 50% menos de energía que las clásicas y tienen idénticos resultados.

-Respetar las temperaturas de la heladera y el freezer evita el exceso de consumo. Cada grado que se resta suma un 5% más de gasto.

-Optá por un lavavajillas con programa ecológico, que consume menos agua y electricidad.

-Antes de ponerlo en funcionamiento, asegurate de que esté bien lleno; esto permite reducir el consumo de agua y electricidad en comparación con el lavado a mano.

-Tener la heladera ordenada para saber qué hay adentro permite que la apertura de las puertas dure menos, y por lo tanto, gaste de manera más eficiente.

-Limpiar y descongelar el fondo del freezer para reducir su gasto energético.
-Utilizá utensilios de cocina adaptados al diámetro de la hornalla. Las ollas demasiado pequeñas ocasionan pérdidas de calor que aumentan el consumo de gas un 20%.

– No abras el horno mientras estás cocinando, porque esto alarga los tiempos de cocción y aumenta el consumo.

-Cerrá la canilla cuando te estés lavando las manos o estés lavando los platos. Esto ahorra en promedio 6 litros de agua por minuto.

-Reemplazá los cueros gastados de las canillas que pierden (casi 15 litros de agua por día).

-Si no tenés lavavajillas, enjuagá los platos y las verduras que querés lavar en una palangana y no bajo el agua corriente.

-Antes de meter los platos sucios en el lavavajillas, limpialos con una espátula o cepillo y no bajo el agua.
-Organizá tus desechos en tres partes: vidrios, papeles y residuos orgánicos.

-Los alimentos que se echan a perder promueven el exceso de emisiones de dióxido de carbono por producción. La solución: establecer menús semanales y conservar las sobras para freezar.

-Evitá los productos químicos para limpiar y usá bolsas reciclables para hacer las compras.