El “tapeo” no pasa de moda. Disfrutar de una velada informal, en casa y entre amigos con las tapas más originales y sabrosas como protagonistas, es una invitación a la que resulta difícil resistirse. ¡Ficha nuestras sugerencias!
Una propuesta sana, rápida, deliciosa y elegante que encantará a tus invitados. Dora unos minutos unos espárragos trigueros finos en un poco de aceite de oliva junto a un diente de ajo laminado (para agilizar, también puedes utilizar puntas de espárragos ya preparadas de bote). Añade un pellizco de pimienta negra recién molida. Aún calientes, enrolla cada espárrago en una tira de jamón serrano y sirve sobre una tosta de pan o directamente en una fuente para comer “solos” (no dejarán ni uno).
Corta en rodajas medias un calabacín grande y hornéalas unos minutos a temperatura alta. Retira del horno y utiliza estas rodajas como base de tus mini pizzas. Añade por ejemplo, una generosa porción de mozzarella (u otro queso), y sobre ella tacos de jamón york y maíz espolvoreados con orégano. Otra buena idea es hacerlos con una porción de queso de cabra colocando sobre él unos dátiles o higos (secos) y darle un toque oriental con un pellizco de curry.
La tortilla de patatas es uno de los clásicos que no pueden faltar en un tapeo que se precie. Si quieres una diferente, prueba a hacerla incorporándole pimientos verdes fritos y cebolla caramelizada… con ese toque dulce ¡volará!
El queso es otro de esos ingredientes perfectos para un buen “tapeo”. Te proponemos disfrutar con unos mini pinchos alternando una fresa (o media si son fresones) y un taco de queso brie. Espolvorea con hojas de menta (mejor fresca) troceada y sorprende a todos. ¡Así de fácil!
Una tapa original y deliciosa que sorprenderá a tus invitados. Necesitas unos 250-300 gramos de queso Camembert, un huevo, pan rallado y 150 gramos de mermelada de frambuesa. Corta el queso en forma de palitos, procurando que no sean ni muy finos ni muy gruesos, ten como referencia uno de tus dedos. Bate el huevo y ve sumergiendo cada uno de tus “dedos” de queso en él, y rebózalos en pan rallado. Pon a calentar bastante aceite de oliva en una sartén o prepara la freidora. Introduce los palitos de queso y sácalos cuando estén doraditos. Escúrrelos bien de aceite y colócalos sobre una fuente con servilleta o papel de cocina para que eliminen el exceso de grasa. A continuación, ya puedes emplatarlos y acompañarlos con la mermelada de frambuesa en un bol. El contraste de dulce y salado es lo más interesante de este picoteo.
Es un clásico de la cocina árabe de lo más sano y no puede faltar en tu mesa de tapas. Para prepararlo necesitas una taza de garbanzos cocidos, ya escurridos, una cucharadita de sal, dos dientes de ajo, dos limones y ½ taza de aceite de oliva. Tritura todos los ingredientes, salvo el aceite de oliva, hasta que consigas una pasta suave y cremosa. Incorpora el aceite a la mezcla y bate un poco más. Preséntalo en un bol o un plato hondo con un poco de pimentón espolvoreado por encima y una cucharada de aceite de oliva.
Como acompañamiento, prepara una doble guarnición de verduras y pan. Sirve unos bastones de zanahoria, pimiento, calabacín y apio por el lado de los vegetales. Y para los paneros, que no falte pan de pita, unos picos de pan o simplemente pan tostado.
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