Ingredientes:
Para la masa:
1 taza y media de harina de espelta integral (220g pesado con báscula)
100 ml de agua muy fría (o algo más, dependiendo de la harina)
5 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
2 cucharaditas de azúcar integral de caña, panela o la que prefieras
2 cucharadas de semillas de anís
pizca de sal
Para el relleno:
4 cucharadas de endulzante líquido (sirope de ágave o arce) o azúcar integral de caña o coco
2 cucharadas de mermelada casera a tu gusto
Frutas frescas laminadas
1 cucharadita de canela molida
Frutas frescas para decorar (opcional)
Preparación:
Pondremos la harina en un bol grande y añadiremos el azúcar, el aceite, las semillas de anís, la sal y el agua bien fría, y amasaremos unos 5 minutos hasta que esté todo bien mezclado y la masa no se quede pegada a los dedos. La envolveremos en film transparente o la dejaremos en el bol tapado y la guardamos en la nevera una media hora o más para que se enfríe (para ir más rápido puedes meterla en el congelador un ratito). Incluso puedes hacerla por la mañana y utilizarla por la tarde, o de un día para otro. Cuando la vayamos a preparar, extenderemos la masa con un rodillo para darle una forma redonda, hasta que la masa quede bien fina. Es importante para que se cueza bien.
Cuando la tengamos, extenderemos la mermelada y 2 cucharadas de endulzante por encima, mirando que quede uniforme, e iremos cubriendo la masa y poniendo las frutas laminadas, dejando unos 2 centímetros libres del borde, para luego doblar la masa. Echaremos las otras 2 cucharadas de endulzante que nos han sobrado, por encima de las frutas, repartiendo uniformemente, y espolvorearemos la canela. La meteremos en el horno precalentado a 180ºC y hornearemos hasta que la masa esté dorada y hecha. Aproximadamente unos 20 minutos con ventilador. Si quieres adornarla con alguna fruta fresca, puedes hacerlo cuando la hayas sacado del horno y se esté enfriando.
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