Claves para calmar un berrinche infantil

Los niños y las niñas son, justamente, eso. Por eso, como personas adultas tenemos que acompañar sus emociones y entender el mundo a través de sus ojos. En esta nota, te cuento cómo hacerlo.

Una pataleta, es una reacción que puede tener una niña o niño cuando encuentra que lo que quiere, siente o piensa es contrario a lo que el adulto que le cuida quiere, siente o piensa. Durante los primeros tres años de vida, su corteza cerebral (el cerebro que piensa y razona) está en plena construcción y su sistema límbico (el cerebro que controla las emociones y dispara las respuestas de supervivencia) se encuentra reactivo a flor de piel, eso significa que tu hija o hijo reacciona rápidamente cuando se siente en peligro y menos rápido para evaluar si su reacción es la esperada o no, o para descifrar cómo se llaman esas emociones y poner en orden sus pensamientos. 

Por eso, la clave principal para manejar una pataleta está en tí. Tu le “prestas” tu cerebro que piensa a través de lo que llamamos acompañamiento emocional que implica activar tu empatía, es decir, tu capacidad de ponerte en el lugar de tu hija o hijo con la intención sincera de entender cómo ve el mundo. A través de SUS ojos y no de los tuyos. 

Así las cosas, te daré 3 claves para acompañar una pataleta o “mal comportamiento”, sin llegar a los golpes o los tratos humillantes y denigrantes: 

– Establece Límites, Normas o Reglas según sea el caso, en primera persona y de forma descriptiva: “No te permito que me golpees”, “Acordamos que tan pronto sonara la alarma, apagábamos el televisor”, “No compraremos un juguete el día de hoy”.

– Acompaña las emociones: describiendo los sentimientos, deseos o pensamientos que notas en tu hija o hijo, sin consolar, anular, preguntar, negar, regañar o manipular. Es sólo describir para acompañar con la intención de conectar y entender verdaderamente qué le sucede“Te dió rabia porque te quité el control del televisor”, “te sientes frustrada porque no sabías que ibas a querer ver más televisión después de que sonara la alarma”, “te entiendo, cuando no puedo comprar algo que me gusta también me siento irritada y frustrada” .

– Enseña lo que sí puede hacer: al igual que en este pequeño segmento busco darte ideas, en lugar de sólo decirte que no debes pegar y todas las consecuencias que de seguro ya has escuchado, tu hija o hijo también necesita ideas y oportunidades de crecer en lugar de sólo prohibiciones; por eso, cada vez que pienses en algo que no pueda hacer, piensa en algo que sí. “No puedes pegarme pero podemos aplastar plastilina / rayar una hoja / gritar a una almohada”, “ahora que terminamos de ver la televisión podemos leer un cuento”, “sé que es aburrido acompañarme de compras y no tener un juguete… podemos sentarnos un rato a hablar y dejar salir esas emociones, ¿quieres un abrazo o prefieres llorar un ratito?”

Sé que en teoría parece más fácil de lo que realmente es. Cambiar nuestro estilo de crianza, de comunicación y de ejercicio de la autoridad es desafiante, requiere práctica y al principio puede que te termines con agotamiento mental, pero con el tiempo y la perserverancia, lograrás cambios increíbles que fortalecerán la relación que tienes con tus hijas e hijos y te permitirán además sentar las bases de un correcto desarrollo y verdadera prevención de abusos sexuales, físicos, psicológicos y emocionales hacia los seres que más amas. 

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