Cómo hacer yoga sin salir de la cama


Haz yoga desde la comodidad de tu cama


Para comenzar, puedes empezar con algunos ejercicios de calentamiento para estirar los músculos y activar las articulaciones. Así, podrás iniciar con estiramientos de brazos: nada mejor al despertar que estirarse bien.

Boca arriba aún en tu cama, solo deberás llevar los brazos hacia arriba y estirar bien las piernas desde el talón, con los dedos de los pies apuntando hacia el techo. Bosteza, si lo sientes. Mantén la postura varias respiraciones pausadas, y suelta. Repite.

Ahora, sigue moviendo los hombros: siéntate, inhala por la nariz y lleva los brazos hacia arriba. Estira bien, y exhala, mientras lo haces ve bajando los brazos por los costados. Toma las manos juntas por detrás de la espalda y, al inhalar, intenta subirlas lo más que puedas, de forma tal que se arquee la espalda. Al exhalar, lleva las manos delante de ti, júntalas. Redondea la espalda y quédate allí una respiración.

Gato: luego, puedes seguir con esta postura sencilla ideal para estirar bien la espalda. En cuatro apoyos, asegúrate que las manos estén alineadas con los hombros y las rodillas con las caderas. Relaja los pies, apoya los empeines sobre la cama. Inhalando, arquea la espalda hacia abajo y mira hacia adelante. Exhala y arquea la espalda hacia arriba, mirando hacia el pecho. Repite varias veces al ritmo de tu respiración.

Paloma: desde la postura anterior, apoya la rodilla derecha sobre la cama y extiende la pierna izquierda detrás, quedando el apoyo de tu cadera sobre el talón derecho. Lleva las manos juntas al pecho y lleva la mano izquierda hacia la pierna izquierda. Mira hacia atrás y mantén algunas respiraciones. Desarma la postura volviendo atrás paso por paso, y repite pero del otro lado.

Cobra: acuéstate primero boca abajo y estira bien toda la columna, llevando los brazos hacia adelante. Luego, lleva las manos debajo de los hombros. Inhala y comienza a elevarte lentamente, mirando en diagonal hacia arriba.

Finalmente, otra buena postura para comenzar el día con el cuerpo relajado y listo es la del niño. Desde la postura del gato, lleva las caderas hacia los tobillos. Mantén los empeines sobre el colchón y apoya la frente, que quedará delante de las rodillas. Extiende entonces los brazos hacia delante, relajando el cuello y la espalda.

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