No todas las parejas tienen un final feliz cuando termina su historia. Muchas incluso no lo encuentran desde el principio porque entran en una espiral de destrucción de la que es muy, muy difícil salir. Si estás en una de esas relaciones que se llaman tóxicas, hacete un favor a vos misma y sal corriendo, ya que el espiral es tan duro y puede ponerse tan feo, que puede anular tu capacidad de recuperación durante mucho tiempo. Si no sabes de qué hablamos, espera a ver si te reconoces en alguna de estas situaciones.
Pareja insegura. Es un clásico. Uno de los dos tiene miedo a que el otro le deje por alguien más lindo, con más posibilidades, con más alegría, con más inteligencia. Por eso, lo que hace es tratar de anular a la otra persona con sus propias inseguridades para que sea el otro el que empiece a tener un miedo real de que la pareja se rompa. Este tipo de persona te minimiza y tira abajo, para que tu autoestima sea igual o más bajo que el suyo.
Pareja controladora. Uno de los ejemplos más graves de las parejas tóxicas son aquellas en las que uno de los dos quiere saber todo lo que hace, dice o piensa su novio o novia en todo momento. Espiar el celular o computadora, intentar que corte todo comunicación con otras personas fuera del círculo de confianza, no dejarle su propio espacio, montarle absurdas escenas de celos. Si una persona no te deja hacer cosas solos, o le molesta cada vez que tenes planes con otras personas, corre de ahí.
Pareja que aísla. Todas las personas necesitamos nuestro propio espacio, nuestros hobbies personales, nuestra vida al margen de la persona con la que compartimos una relación sentimental. Si nuestra pareja quiere que todo gire en torno a él y que no pensemos o hagamos nada que escape a sus límites, nos está aislando. No dejes que la toxicidad de alguien inseguro o controlador acabe aislándote de las personas que si te quieren de verdad.
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