Probá y jugá en la intimidad

El juego erótico “Elegí tu papel”
Se ha hablado muchas veces de una cita en la que los dos son desconocidos, pero hay otra versión de este juego sexual más casera: ponete algún disfraz sexy y empezá a mandar a tu pareja lo que debe hacer. Ponerte en la piel de otra durante una noche le dará un toque picante a su vida sexual. Él, por su parte, puede obedecer tus órdenes o elegir su propio papel.

El juego erótico de las vídeos sexuales
¿Probaron grabarse alguna vez? En primer lugar esto solo lo debes hacer con alguien en quien confíes plenamente. Si ese es su caso, pone un par de cámaras en la habitación y grabense manteniendo sexo como si fuesen estrellas de cine erótico. Al verlo después, seguro que se excitaran muchísimo y descubran nuevas formas de darse placer o pequeños errores en los que pueden trabajar. Un último consejo: asegúrense de eliminar los vídeos después de haberlos visto.

El juego erótico de los espejos
Este es un juego sencillo. Coloca espejos en la habitación para verse a la vez que tienen relaciones. El espejo en el techo puede ser muy excitante. Pero si no dispones de medios para hacerlo, un par de espejos por la habitación pueden ser suficientes para que se vean. Esta nueva perspectiva no solo hará que aumente el erotismo en su encuentro sino que les ayudará a buscar posturas más sexys para que tu pareja y vos te excites más mirando, como si fueran otras personas.

El juego erótico “Cincuenta Sombras de Grey”
Podes jugar a ser sumisa por una vez, práctica que puso de moda el bestseller Cincuenta Sombras de Grey. Las esposas ya no dan miedo con sus estampados de cebra, leopardo o strass. Descubrí también el placer de acariciar o ser acariciada con los ojos vendados gracias a las máscaras de satén propicias para una suave sumisión.

El juego erótico “Vos dominas”
Y, ¿por qué no? También podes probar a ser vos la que domine la situación. A todas nos ha excitado alguna vez la idea de un hombre atractivo y que sepa lo que tiene que hacer, pero vos también podes tomar ese papel, atar a tu chico en la cama y decirle lo que quieres hacer y, sobre todo, lo que queres que te haga.