INGREDIENTES:
200g de garbanzos (en seco)
100g de espinacas frescas (o un bloque de espinacas congeladas)
1 cebolla mediana
1 papa mediana
1 diente de ajo
Pimentón
Comino molido
Cúrcuma
Pimienta
Sal
Aceite de oliva virgen extra
PREPARACIÓN:
En primer lugar, lavamos y picamos la cebolla. A mi me gusta muy finita, así que uso una picadora manual. Cuando la tengamos cortada, ponemos en la olla con un buen chorro de aceite de oliva y un diente de ajo en láminas. Cuando empieza a ponerse blanda añadimos el pimentón de la vera (1/2 cucharadita está bien), una pizca de comino, un poco de cúrcuma y sal y pimienta al gusto. Con el fuego bajo, dejamos que la cebolla se termine de hacer y coja bien los sabores de las especias.
Mientras tanto, pelamos y cortamos la patata y lavamos y cortamos las espinacas frescas. Yo para las espinacas usé también la picadora porque me gusta que queden muy deshechas, pero podés cortarlas cuanto quieras.
Cuando la cebolla ya está lista, añadimos a la olla las espinacas y las salteamos un poco, veréis que enseguida disminuyen de tamaño.
Añadimos también la papas y seguidamente los garbanzos que habremos puesto a remojo el día antes, bien escurridos. Cubrimos todo con agua (que lo tape dos dedos por encima aproximadamente) y removemos.
Dejar a fuego medio por 25 minutos con tapa.
Nota: Si querés que el caldo quede más espeso, podés añadirle una cucharada de harina de garbanzo. Para que no haga grumos, la podés añadir con el caldo bien caliente y tamizada.
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