Frutas y verduras, los protagonistas de tu dieta
Estamos seguras de que esta recomendación no es nueva y llevas escuchando eso de comer 5 piezas de fruta o verdura al día desde que tenes uso razón. Esto no significa que tengas que cambiar por completo tus recetas, simplemente debes cambiar las proporciones. Acostúmbrate a que la verdura sea el ingrediente principal en tus platos. No renuncies a esos fideos que tanto te encantan, simplemente cocinalos con una sofrito de verduras y con tomate natural. Comer bien no se limita a una dieta basada en pollo a la plancha y ensalada, hay un sinfín de formas de incorporar los vegetales a tu dieta sin renunciar al sabor.
Azúcares añadidos, aditivos y grasas saturadas, cuantas menos, mejor
El consumo excesivo de azúcar, al igual que el de grasas saturadas, está estrechamente ligado con la aparición de enfermedades como la diabetes, la obesidad y otras enfermedades cardiovasculares. Por eso, moderar su consumo y reducirlo al mínimo en nuestra dieta es imprescidible para llevar una alimentación saludable. Hace que el azúcar añadido, los aditivos presentes en los productos ultraprocesados y las grasas saturadas se conviertan en un mínimo porcentaje de tu alimentación y consúmelos solo cuando quieras darte un capricho esporádico. Mantenete alejada de los alimentos ultraprocesados, ricos en grasas saturadas, aditivos, azúcar añadido y sal y opta siempre por productos naturales y recetas caseras.
Come de colores: elegí alimentos naturales variados y combinalos
Los fitoquímicos presentes en los alimentos tienen beneficios diferentes para la salud, según el tipo, y además, son los responsables de dar color a los alimentos. Combinar frutas, verduras y hortalizas de diferentes colores nos asegura beneficiarnos de sus diferentes propiedades, lo que nos ayuda a llevar una dieta variada. Por ejemplo, las frutas y verduras naranjas (calabaza, naranjas o zanahorias) son ricas en vitamina A, el color rojo de los alimentos nos indica un alto índice de licopenos, mientras que el verde de las espinacas o las acelgas nos indica que hay un alto contenido en luteína, un potente antioxidante con muchos beneficios para la salud. No tengas siempre los mismos alimentos en la heladera, proba comidas diferentes, recetas variadas y mezcla todos los colores del pantone nutricional para que tu salud te lo agradezca en el futuro.
Cereales sí, pero mejor integrales
Durante mucho tiempo se ha demonizado la pasta o el pan y se ha considerado a estos alimentos como enemigos de una dieta saludable. La realidad no es exactamente esta. La pasta o el pan no son alimentos negativos para la salud por sí mismos, siempre y cuando se incorporen en una dieta equilibrada y saludable. Sin embargo, las harinas refinadas de las que tradicionalmente están hechos son transformadas por nuestro cuerpo, tras una serie de complejos procesos que ocurren durante la digestión, en azúcares. Por eso, es mejor optar por cereales integrales, que evitan la subida drástica de insulina en sangre, controlando los niveles de azúcar. Además, las harinas y cereales integrales son ricos en fibra, lo que ayuda a nuestro sistema digestivo.
Planifica las comidas con antelación, te ayudará a ser constante
Si llega la hora de la comida y no tenes nada pensado, lo normal es optar por cocinar cualquier cosa que tengas en la heladera sea, o no, sana o independientemente de que el día anterior comieras lo mismo. Lo ideal es planificar las comidas de la semana con antelación. De esta forma, podrás hacer la compra en base al menú semanal, evitando comprar comida basura y librándote de tentaciones innecesarias. Además, te permitirá ver con mayor ángulo si las comidas semanales son equilibradas, suficiente cantidad de verdura, pescado, comidas variadas. Se trata de uno de los trucos más sencillos para llevar una dieta saludable sin que suponga ningún esfuerzo.
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