Probablemente este verano te vas a desplazar a una zona de playa. Lo que está claro es que aumentará nuestro consumo de pescado, más fresco y en ocasiones más económico que el que consumimos habitualmente en la ciudad. Por ello, te conviene saber qué pescados son menos grasos, como consumirlos para que sean más saludable y las propiedades que tiene cada uno. Además, te proponemos unas recetas deliciosas, muy sencillas y sanísimas para que disfrutes al máximo del pescado.
Lo primero que debes saber es que el pescado en general es fuente de proteínas, aunque aporta algo menos que las carnes. Además, nutre a nuestro organismo de fósforo y vitaminas sobre todo A y D, además de magnesio y yodo.
Tenemos que saber diferenciar entre el pescado blanco y el azul. El blanco cuenta con muy poca grasa, apenas un 2% frente al pescado azul, aunque numerosos estudios demuestran que estos ácidos grasos esenciales del pescado azul son beneficiosos, sobre todo para niños en desarrollo, ya que ayudan al correcto funcionamiento del cerebro. Estos ácidos grasos son más conocidos como Omega 3, y son también muy beneficiosos para prevenir las enfermedades cardiovasculares, por lo que consumidos con moderación son muy favorables para nuestra salud. Estas grasas pueden llegar a constituir hasta el 10% en los pescados azules, encontrando dentro de este grupo a la caballa, sardinas, boquerones, palometa, atún, salmón…
En el grupo de pescados blancos estaría la merluza, el bacalao, rape, lenguado… Y en un tercer grupo encontramos los pescados semigrasos, como el besugo, el salmonete, la dorada o la lubina.
El Instituto Nacional de la Salud de EE.UU aconseja tomar 3,5 gramos de ácidos grasos Omega 3 al día para reducir el riesgo de sufrir problemas de salud.
Los investigadores y concretamente el Dr. J. Hibbeln, autor del estudio, llegaron a esta conclusión después de calcular que el 40% de la mortalidad por cardiopatía y el 95% de las depresiones se atribuyen a deficiencias de ácido ocosahexexaenoico (AEP) y docosahexaenoico (ADH), ambos de la familia de los Omega 3, presentes en el pescado y marisco.
Estos ácidos grasos fomentan la producción de serotonina y dopamina, responsables de hacerte sentir bien, manteniendo alejada la depresión.
“El aceite de pescado mejora la respuesta cardíaca”, así lo expone el Dr. Mozaffarian, cardiólogo de la facultad de medicina de Harvard (EE.UU).
En el estudio estadounidense los científicos suministraron a los pacientes un gramo de aceite de pescado diariamente durante 2 semanas. Después de analizar los resultados se comprobó que el ritmo cardíaco en reposo de los sujetos sometidos al estudio había descendido en una media de 6 lmp (latidos por minuto).
Todo parece indicar que las grasas del pescado ayudan a mantener sano el corazón haciendo que responda mejor a los impulsos del nervio vago, que controla el ritmo sanguíneo.
Es conveniente que si vamos a comprar a la pescadería nos informemos del etiquetado, el lugar y modo de extracción del pescado ya que últimamente muchas especies como la dorada y la lubina han sufrido una bajada de precio, pero esto se debe a que son criados en piscifactoría, por lo que su alimentación y cría no ha sido de forma natural. Siempre será más saludable un pescado extraído directamente del mar, por lo que no debes dudar en preguntar en tu lugar de compra habitual.
Cuidado con las nuevas especies, infórmate correctamente ya que pescados mucho más baratos como los filetes de panga que vemos últimamente en los supermercados, provienen de Vietnam, y en algunos estudios se ha demostrado que pueden contener sustancias contaminantes. De hecho, en Estados Unidos está prohibida su importación y en Europa está siendo motivo de debate en la actualidad.
La mejor manera de consumir el pescado, sea cual sea el que elijas, es al horno, al vapor o a la plancha. Así no aumentaremos la cantidad de calorías ingeridas, por lo que es preferible que te olvides de fritos o rebozados si no quieres acabar notándolo en tu figura.
Si quieres beneficiarte al máximo de los cardiosaludables ácidos grasos Omega 3 presentes en el pescado, debes saber que las excelentes cualidades de esta grasa aumentan si consumes el pescado hervido o asado, en lugar de frito o a la plancha. Así lo confirma un estudio presentado en la Asociación Americana del Corazón en EE.UU.
Como fuente natural de proteínas, mejor acompañarlo siempre de una buena ensalada o verduras a la plancha, horno o vapor, y dejar de lado los hidratos de carbono como arroces o patatas que harán más pesada nuestra digestión. Además, evita salarlo en exceso, condiméntalo con tus especias favoritas, aceite de oliva virgen y zumo de limón.
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