Claves para que no te falte nada

Tomarse un café no es desayunar. Es más, beber café con el estómago vacío es malo ya que estimula la producción de ácido, así lo ha determinado el último estudio llevado a cabo por la Organización Mundial de la Salud.

Incluí fruta en tu desayuno. La fruta es una alimento que tarda poco en digerirse, y después de toda la noche en ayunas, el cuerpo necesita nutrientes cuanto antes. Además es fuente de fibra, agua y minerales, lo que ayuda a mantener el cuerpo hidratado.

Cereales integrales. Podes tomarlos tanto en tostadas de pan integral como en copos, como la avena. Son fuente de fibra y proteínas que ayudan al organismo a recuperar la energía.

No combines dulce con salado. Un día tostadas con tomate y otro día con mermelada, pero las dos en un mismo día no es buena idea. La mezcla de estos alimentos en el estómago puede crear acidez.

Sentate para desayunar. Comer de pie, y además después de haber estado tantas horas en ayunas, no es bueno para la digestión. Conlleva estrés y además una mayor ingesta de aires.

Dedicale tiempo. Un desayuno saludable debe durar entre 15 y 20 minutos, donde hay que masticar correctamente los alimentos para hacer una buena digestión.

Hidrátate bien antes de salir de casa. Después de disfrutar de un buen desayuno, procura tomar un vaso de agua antes de salir por la puerta. La hidratación es fundamental para estar activo.

Siempre que puedas incluí un lácteo. Ya sea leche, queso, yogur, el que prefieras. Es fuente de calcio y ayudan a la flora intestinal.

No te olvides de las proteínas. Incluir alimentos de origen animal como los huevos, el pavo, no solo son ricos en proteínas si no que ademásayudan a mantener la función correcta de nuestras células.

No destierres los azúcares. La clave es aprender a elegirlos y, por qué no, darnos un gusto de vez en cuando. Para comer a menudo lo ideal es optar por frutas como el higo y la piña, pero si algún día te dan ganas de comer una galletita o una torta podes darte el lujo.