Preparar un buen café requiere sólo unos minutos de atención. Con involucrarte en esa pausa, podés conseguir una diferencia en tu taza. ¿Cómo? Te mostamos en cinco pasos:
Uno. Elegir bien el método
Si bien existen muchos, las variables que los diferencian son bastantes simples. Lo que distingue a cada uno es cómo vamos a extraer del café todos sus componentes. Podemos filtrar el café de las siguientes maneras:
• Por goteo, donde el agua pasa de a poco por el café molido sostenido en un filtro. Eso sucede cafeteras como la Chemex o la V60.
• Por inmersión, donde colocamos el café molido en un recipiente con agua caliente durante un tiempo, como en la prensa francesa o un Clev.
• Por presión, como en la típica máquina espresso o la Moka Pot.
Dos. Prestar atención a la molienda
La pregunta clave: ¿granos enteros o molidos?
Si el café ya está molido, lo aconsejable es elegir una molienda media estándar adaptable a la mayoría de los métodos.
También se puede decidir comprarlo con una molienda específica. La mayoría de las cafeterías de especialidad lo hacen y, si tienen delivery, tu barista estará feliz de recomendarte la mejor opción, para que puedas homenajearlo en casa.
Pero si vamos a elegir los granos enteros, debemos contar con un molino manual que nos permita regular la molienda en el momento, con el plus de la máxima frescura.
Tres. Chequear la temperatura del agua y el tiempo de extracción
Si el agua está embotellada o filtrada, el sabor del café será mejor. La temperatura también es fundamental, ya que determina la capacidad de disolución del café. Lo ideal sería que el agua esté entre los 90 y 95 grados. ¿Cómo saberlo? Tan solo un hervor y 30 seg. de reposo, nos dará la temperatura adecuada.
¿Y el tiempo tiempo de contacto del café con el agua? Lo que tenés que saber es que mientras más tiempo lo dejemos, más cafeína y amargor tendremos. Todas las extracciones varían entre 2 y 4 minutos, no más de eso.
Cuatro. Elegir la cantidad de café
Una correcta relación de café y agua lo es todo. Una buena forma de hacerlo es usar la misma cantidad de café por unidad de agua, cada vez que lo preparemos.
Como medida general, anotá: una proporción de 1/20 (1 parte de café por 20 partes de agua, o aproximadamente 3 cucharadas de café por medio litro de agua) hacen una taza correcta.
Sobre esa base, podemos varias. Para un café bien fuerte, usá la proporción 1/14. Para uno más suave, 1/30. Ya sabemos que sobre gustos…
Cinco. Experimentar
Tomar café, probar diferentes variedades, preparar tu propio café, es una aventura. Podemos ampliar nuestra sensorialidad, conocer sabores de diferentes orígenes, intensidades y darles nuestra propia expresión. A medida que hacemos más café, se comienza a comprender cómo hacer la taza perfecta y lo más importante: cómo ajustarla a nuestras preferencia.
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