Para seguir una dieta equilibrada es importante saber combinar los alimentos pero más aún la cantidad escogida para cada una de las comidas. El dicho “desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo” es la clave que necesitas recordar para elaborar tus menús diarios.

DESAYUNAR COMO UN REY

El desayuno es la comida más importante del día porque es la energía que necesitamos para comenzar con buen pie la jornada. Cuando nos levantamos se re-activan nuestros músculos y la mente es uno de ellos. Si sólo tomas un café con leche puede tener una carencia de nutrientes que puede derivar en un malestar físico o incluso anímico. El desayuno debe de aportar entre el 20 y el 30% de las necesidades nutricionales diarias. Además recién levantados el cuerpo necesita quemar más calorías para ponerse en marcha lo que nos permite ingerir más alimentos sin temer la cantidad de calorías.

Un desayuno completo debe contener fruta, lácteos, hidratos de carbono y algo de proteína. Si eres más de dulce te recomendamos la opción de crear un bowl con todos los ingredientes o bien probar a tomar tortitas de avena con fruta. En cambio si te gustan las comidas saladas unas rebanadas de pan con tomate, aceite con un poco de jamón acompañado de un café es el desayuno perfecto para ti.

¡Truco! Para evitar llegar a la siguiente comida con hambre puedes llevar un puñado de frutos secos o un yogurt para tomar a media mañana o media tarde.

COMER COMO UN PRÍNCIPE
En la comida de príncipe la cantidad ingerida se puede medir por el método del plato. Para evitar pasarse con las cantidades lo mejor es escoger un plato de tamaño normal y crear una combinación de alimentos adecuada. Si evitas dividir las comidas en “primer plato” “segundo plato” reduces las cantidades y por lo tanto hacer una ingesta más equilibrada. La mitad del plato debe estar compuesto por verdura y hortalizas, un cuarto del plato deben ser carbohidratos y el restante proteína.

CENAR COMO UN MENDIGO
Al final de la jornada ya hemos realizado la mayor quema calórica, por lo tanto nuestro cuerpo lo que necesita solo alimentos que le ayuden a la reparación de células o recuperar nutrientes en el caso de haber hecho además un esfuerzo físico mediante alguna sesión deportiva. La cena ideal está compuesta por una pieza de proteína, muy recomendables las piezas de pescado azul como la trucha el atún o el salmón ricos en omega 3 o huevos y como guarnición un puñadito de arroz blanco, quinoa o cuscús. De postre puede escoger frutas bajas en azúcares o un yogurt natural.

La gran ventaja de llevar una dieta equilibrada, escoger las cantidades adecuadas y los nutrientes necesarios es que ayudarás a tu cuerpo a funcionar mejor durante el día y descansar correctamente durante las horas de recuperación mientras duermes.