– Pone mucha atención durante la compra. Mira la información nutricional con exactitud, con menos grasas no es lo mismo que bajo en calorías, y viceversa.
– Se más inteligente que el hambre. ¿Querés comer una torta? Mejor que sea un brioche con fruta o algunas alternativas más saludables: prepara vos misma unos bollitos integrales con edulcorante y mermelada casera. Vas a poder controlar mucho mejor las calorías.
– Anotá las metas que deseas alcanzar. De esta forma, cada vez que sientas debilidad por comer algo que no debes, recordarás por qué estás a dieta.
– Cuidado con el alcohol. El vino, la cerveza y los cócteles tienen muchas calorías e inhiben la quema de grasas.
– Procura reducir el estrés. El estrés promueve el almacenamiento de grasas y la ansiedad, que en muchos casos hace que comas más.
– Hace la comida al horno o a la plancha. Es una buena forma de cocinar sin aceite.
– Cocina la carne y las verduras más a menudo en el wok. Es una alimentación nutritiva y te ahorras algo de grasa.
– ¿Pesarse diariamente? Mejor busca un día fijo a la semana para subirte a la balanza.
– Lleva siempre con vos un diario de comidas y anota todo lo que comes. Esta es la mejor forma de controlar tu dieta, podes tambien hacerlo desde el celular.
– Cocina, siempre que sea posible, alimentos frescos. Las comidas precocinadas suelen tener un alto contenido en calorías.
– Come frutas si queres ingerir algo entre las comidas, tienen menos calorías que los dulces.
– Usa sartenes antiadherentes y medí el aceite que usas para cocinar con una cuchara.
– Tomate tiempo para el desayuno. Así vas a evitar los temidos antojos a mediodía.
– Come mucha verdura, que apenas tienen calorías.
– Al llegar a tus metas, recompensate comprando ropa nueva, yendo al teatro, al cine, o dandote un gusto de algo que queres hace mucho.
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