Más calcio que la leche, más hierro que la carne y más vitamina C que las espinacas o las naranjas.
El kale es un superalimento por dos razones. En primer lugar porque comparado con otras verduras de su misma familia, como las espinacas, el brócoli o la coliflor, el kale tiene mucha más cantidad de nutrientes: vitaminas, minerales, antioxidantes, fibra y proteínas vegetales. Y en segundo lugar porque el kale tiene muy pocas calorías, de manera que es como un concentrado de nutrientes aportando más que nada energía. Además aporta muchos nutrientes básicos para el buen funcionamiento de nuestro organismo, tiene muchísimos antioxidantes, tiene un efecto protector para la salud cardiovascular, el sistema inmunitario, el sistema nervioso y tiene un montón de vitaminas, especialmente vitamina C, A y K y minerales como el magnesio, el calcio y el hierro.
Gracias a sus hojas ricas en nutrientes, el kale además es uno de los superalimentos más versátiles del mercado a la hora de consumirlo: se puede usar en smoothies y ensaladas, en platos cocinados y hasta podemos incorporarlo incluso como un delicioso snack.
Juice it
Una de las maneras más fáciles de disfrutar del kale es en un smoothie. Aquí te damos una opción, pero ten en cuenta que las variaciones son infinitas.
Ananá, menta, kale y jengibre hacen una combinación fresca y llena de beneficios para el cuerpo.
Ingredientes
1/2 taza de ananá en cubos
5-7 hojas de kale
5-6 hojas de menta o hierbabuena
1 pedazo de jengibre más o menos de 2.5 cms
1 taza de hielo
1 taza de agua
Batir y servir inmediatamente.
Chips DIY de kale
Otra forma de disfrutar del kale es haciendo chips caseros. Aunque puedas encontrarlo preparados en algunos supermercados, lo cierto es que es más económico prepararlos en casa, además de deliciosos. ¡Son el snack ideal! Al hornear a baja temperatura el kale se pone crujiente sin dorarse ni quemarse, produciendo chips perfectos para todo momento. Esta receta es versátil y puede modificarse para incluir los sabores o condimentos que desees.
Ingredientes
1 paquete grande de kale
1-2 cucharadas (15-30 ml) de aceite de coco o palta derretida
Condimentos de tu elección (desde sal marina o gruesa, 1 cucharadita de comino en polvo, 1 cucharadita de chile en polvo, hasta 1 cucharadita de curry en polvo)
Instrucciones
Precalienta el horno a 107° C. Si dispones de una horno de convección úsalo para acelerar el tiempo de cocción y ayudar a que los chips se cocinen aún más.
Enjuaga y seca el kale por completo, parte las hojas en pequeños pedazos y desecha los tallos. Añade aceite de oliva y los condimentos de tu elección. Mezcla bien y distribuye los ingredientes de manera uniforme.
Extiende el kale sobre dos bandejas grandes para hornear, asegurándote de que quede bien distribuido. Hornea durante 15 minutos, luego gira y agita ligeramente el kale para asegurar una cocción uniforme. Hornea durante 5-10 minutos más, o hasta que esté crujiente y tenga un color café dorado muy leve. Fíjate bien ya que se puede quemar fácilmente.
Retira del horno y deja enfriar. Lo ideal es disfrutarlos de inmediato, pero también puedes conservarlo en un envase a temperatura ambiente por dos o tres días.
Conviértelo en un pesto
Una de las mejores maneras de usar incorporar el kale en un plato es haciéndolo salsa.
Ingredientes
2 tazas de kale (sin tallos)
1/2 taza de aceite de oliva
1/4 cucharadita de sal
1 diente de ajo
Jugo de un limón
1/4 a 1/2 taza de almendras crudas
Instrucciones:
En un procesador de alimentos mezcla el kale, el aceite de oliva, la sal, el ajo y el jugo de limón hasta que quede suave y cremoso. Agrega las almendras y procésalo hasta que las almendras se muelan a la consistencia deseada.
Sírvelo con pizza, pasta, galletas saladas, huevos, ensaladas, sopa, sándwiches, ¡lo que se te ocurra!
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