Hacé una visita a tu peluquero. Este es el primer paso en tu plan de recuperación. En la peluquería te pueden hacer un diagnóstico para evaluar cómo está tu pelo y así ofrecerte tratamientos puntuales que, en cuestión de minutos, te dejan el pelo brillante, sedoso y humectado. Además, es importante que recurras a un recorte de puntas, aunque sea lo mínimo, ya que el objetivo es simplemente eliminar las puntas abiertas para que el pelo recupere su cuerpo.
Si no pasás por el salón de belleza, en casa deberías usar productos específicos. Aceite de coco y aceite de argan son los ingredientes que más se recomiendan para suavizar y proteger el cabello de las agresiones sufridas en el verano. También es importante aplicar aceites por la noche, a modo de tratamiento reparador nocturno, desde los medios y hacia las puntas.
No te olvides que el cabello llegó muy sensibilizado después de los días de playa, así que desenredalo con mucho cuidado después de lavarlo. Es que, sin darnos cuenta, tendemos a tirar con fuerza justo cuando el cabello está más. En cuanto al momento del lavado, lo mejor es optar por un shampoo con base lavante sin sulfatos y completar con un buen acondicionador humectante.
Es bueno tener a mano un producto desenredante que ayude a deshacer los nudos con suavidad, y recurrir además a un cepillo o a un peine de puntas redondeadas.
Evitá usar secadores y planchita. El calor suele resecar el cabello, así que siempre que puedas dejá que tu cabello se seque al aire libre. Y siempre que puedas, recurrí a los aceites o sérums. Estos son los productos indicados para que tu cabello recupere su hidratación. Se pueden usar sobre el cabello húmedo, seco y no necesitan enjuague.
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