- Una sonrisa demasiado forzada puede percibirse como algo hipócrita e incluso hostil. Pero nosotras nos preguntamos, ¿qué necesidad de una sonrisa falsa? No hay nada más bonito que una sonrisa sincera.
- Un contacto visual intenso puede parecer intimidarte y agresivo. Depende de la situación puede ser bueno o no tan bueno. Si estás en una reunión de trabajo, mantener la mirada transmite seguridad pero, en una cita puede significar coqueteo. Ojo con esto porque la mirada es el espejo del alma.
- Cruzar los brazos envía el mensaje de que eres cerrada emocionalmente y no estás dispuesta a comprometerte. Aunque muchas veces lo hagas porque tengas frío, la mayoría de las veces lo hacemos por ocultar inseguridades o para reducir el estrés. Dependiendo de la afinidad que tengamos con la persona que tengamos delante, significará una cosa u otra. Si estás conociendo a alguien, es mejor que permanezcas con los brazos relajados.
- Encorvarse o agacharse puede ser interpretado como una falta de interés hacia el otro. Va relacionado con la motivación. Obviamente, si haces esto, la otra persona entenderá que no tienes interés en ella.
- Acercarse demasiado a los demás puede dar la impresión de que eres muy dominante. Depende de la cultura en la que estemos, es intimidante. Si bien es cierto que en culturas hispanohablantes es signo de cercanía, en países como Reino Unido recortar la distancia corporal (e incluso tocar) se considera una ofensa.
- Alejarse de la otra persona puede indicar timidez y distancia. Y si lo haces, puedes dar esa impresión de inaccesible. Si lo que quieres es acercarte a esa persona, ten una distancia prudencial.
- Hinchar el pecho indica que no estás relajada y que estás en continuo estado de alerta. Esto puede provocar mucha desconfianza. Si estás delante de alguien que acabas de conocer puedes dar la impresión de ser altiva. Mejor evitar esta postura si queremos mostrarnos tal y como somos.
Cómo reconocer si le caes mal a alguien
¡Ojo! No te eches las manos a la cabeza, que le caigas mal a alguien no significa que hagas todo mal. Simplemente, hay personas que encajan mejor que otras por personalidad.
Si estás dudosa de si este feeling es real con alguien que acabas de conocer, te damos algunas señales de que no le caes muy bien:
- Te esquiva: lenguaje no verbal de toda la vida. Si sientes que te esquiva, no te mira a los ojos cuando hablas, si cuando están en grupo su cuerpo se gira hacia el lado opuesto al tuyo, es que no le caes bien.
- Si no te invitan, es que no eres bien recibida: si se acerca el fin de semana y no te han avisado del fiestón que viste en Instagram la mañana del domingo, es que no quieren estar contigo. Tampoco hay que forzar, ¿no?
- Tus bromas no le hacen gracia (ni a ti las suyas): está claro que el humor es clave en las relaciones humanas. Es esa varita mágica que rompe el hielo y arregla cualquier situación embarazosa. Es una de las razones que une amistades de forma inseparable. Si se hacen reír, tienen derecho a todo. Ahora, de no ser así, mal. Si pone cara de rancia con tus bromas, es que no está pensando nada bueno, son opuestas y es mejor que vayan por caminos diferentes.
- Si desde el principio no congenian: si sos de las que se quedan en la primera impresión y no profundizan, ahí se quedará. Pero si eres de las que “prueba” por si acaso no es la persona que pensabas, quién sabe; hay muchísimas grandes amistades que empiezan por un “tú me caías mal”
- Sólo haces planes con tu familia: esto más que una señal, es autocrítica. Si de repente un día te levantas y ves que solamente haces planes con tu familia, es que algo en tu círculo cercano no funciona. Pero, por suerte, nunca es tarde y siempre puedes encontrar actividades donde ampliar círculos de amistades