Marcos Rojo tuvo dos minutos para el olvido en el encuentro más importante del fútbol argentino, ya que cometió dos faltas y en cada una fue amonestado, por lo que se tuvo que ir a las duchas antes de tiempo.
Ahora bien, el foco de la discusión se centró en la primera infracción contra Braian Romero, donde levantó las piernas para no pegarle, pero Fernando Rapallini le mostró tarjeta.
Minutos más tarde, el ex Manchester United reincidió y se ganó la amonestación correctamente. Y como ya tenía otra, roja y a verlo desde afuera. ¿Decisión correcta?
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