Este 3 de abril se cumplió un nuevo aniversario de la primera definición que disputaron el suizo y el español en toda su rivalidad en el circuito ATP. Fue en Miami y el título quedó para Roger tras ir dos sets a cero abajo.

El tenis siempre planteó duelos que pasaron a la historia como épicos y que cambiaron el rumbo en la línea del tiempo del deporte blanco. Y sin lugar a dudas, el duelo que marcó la era de los 2000 y que hasta hoy en día se mantiene es la rivalidad protagonizada por Roger Federer y Rafael Nadal, los dos tenistas que torcieron el camino del tenis para siempre por sus enfrentamientos de estilos en cuanto a sus juegos y sus personalidades dentro de la cancha.

Este 3 de abril se cumplió un nuevo año, el decimocuarto, desde que ambos tenistas disputaron la primera definición entre ambos. El hecho sucedió en Miami, en el estadio principal del Crandon Park, en Key Biscayne. En aquella final, Roger llevaba como el favorito por ser el número uno y el reciente campeón en Indian Wells y Nadal como la gran sorpresa del certamen, además de ser uno de los grandes tenistas por aquellos días tras su doble corona en las semanas previas, en el ATP de Costa do Sauipe en Brasil y el de Acapulco en México.

El partido comenzó completamente a favor de Nadal, que a base de buenos tiros, unos contragolpes increíbles y una actitud fría en el desarrollo pero efusiva tras el logro de cada punto hacía parecer que Federer del otro lado de la red era un amateur y el número uno y líder absoluto de la ATP era él.

Tras un primer parcial por 6-2, en el que Nadal descolocó a todos los espectadores que se habían apostado en Miami y hasta incluso a los especialistas analíticos del deporte, el español no aflojó el pulso de su zurda asesina y se hizo con el segundo set, esta vez por 7-6, con un score de 7-4 el tie-break.

El transcurso del match indicaba que la victoria iba a quedar en manos de la sorpresa del torneo Nadal, más aún cuando en el tercer set quedó con un quiebre arriba por encima del suizo. Pero fue allí donde el ímpetu de Federer y algún que otro fallo a su favor en momentos claves hicieron que la cuestión comience a darse vuelta y favorable para su lado.

Esa tercera manga fue para el suizo con un sufrido y complicado 7-6 (5). Allí se notó que algo había cambiado en los semblantes de ambos jugadores: mientras Federer hacía cada vez mejor las cosas y se serenaba, Nadal entraba poco a poco en una vorágine de la cuál jamás pudo salir, algo que corrigió en el resto de su carrera y que lo llevó a ser, entre otras cuestiones, número uno del mundo y el rey eterno del polvo de ladrillo.

En el cuarto parcial, el líder del ranking de aquellos días hilvanó lo mejor de su repertorio y tras algunos minutos, se lo llevó para su lado con un score de 6-3. Ese único quiebre en el set le sirvió a Federer para terminar de desmoronar a Nadal, a quien aún le faltaban algunos golpes de horno en los partidos importantes, cuestión que resolvió pronto en esa temporada, en la que culminó como el escolta del suizo a fin de año y en el que levantó once torneos a nivel profesional.

La quinta y definitiva manga es anecdótica. El 6-1 sentenció la historia en favor del suizo, que por fin alcanzaba la doble corona en los Masters 1000 de Estados Unidos por primera vez en su carrera. Con el triunfo se proclamaba, además, como campeón de Miami por primera vez en su vida y afirmaba una vez más qu era el mejor tenista del mundo por aquellos días, situación que mantuvo sin ceder siquiera una semana el lugar hasta Agosto del 2008.

Luego de esa final, los tenistas se vieron las caras infinidades de veces, con un record en definiciones favorable a Nadal, con un récord de 14-10. Si embargo, esa en Miami, por ser la primera, es especial para la historia tenística de ambos y del deporte en sí, ya que a partir de allí, nació una nueva era, la era Federer-Nadal.