Como ya lo hicimos con Roddick y El Aynaoui, esta vez nos toca trasladarnos hacia el 2005, en las semifinales que disputaron Federer y Safin. La victoria fue del ruso, pero el partido, sin dudas, resultó una de las batallas más épicas en le Rod Laver Arena.

Siempre que se hable de deportes, uno busca clásicos. Jugadores que se enfrenten en estilos, en formas, que sean de distintos gustos. Y uno de ellos, allá por la mitad de la primera década de este siglo era Roger Federer ante Marat Safin. Éste duelo era uno de esos clásicos que nadie quería perderse en ningún certamen en el que coincidieran y menos si ese torneo era un Grand Slam.

Fue así que en el año 2005, en un Rod Laver colmado de simpatizantes del tenis, Federer y Safin se enfrentaban en las semifinales. El choque, como ya se mencionó anteriormente en estas líneas, era un clásico de aquellos tiempos: sin ir más lejos, el año anterior, en el 2004, ambos tenistas definieron el título en el aún piso verde del Rod Laver Arena, con victoria para el suizo en tres sets y la coronación de su segundo título de Grand Slam, ese que lo catapultó al número uno del mundo, posición que recién soltó a mediados del 2008 ante un tal Rafael Nadal tras caer en la final de Wimbledon de aquel año ante su sucesor.

Pero retomando el enfrentamiento entre el suizo y el ruso correspondiente a las semifinales de Australia en ese 2005, el mismo tenía tintes distintos a los que se podían ver a simple vista, ya que Federer, quien había llegado a la cima del mundo de la mano del entrenador sueco Peter Lundgren, ya no trabajaba más con él y quien había tomado los servicios del mismo había sido justamente Safin, quien se encontraba jugando en un nivel colosal, quizás del mejor que pudo plasmar en toda su carrera deportiva.

Con Lundgren en el banco del ruso como espectador de lujo, el match comenzó parejo, tal como acostumbraban hacer sus partidos entre sí ambos tenistas. De más está decir que la calidad de ambos era suprema, pero Federer poseía un plus de ventaja, ya que era el número uno del mundo y hacía un año que nadie podía desbancarlo de esa posición, además de haber culminado el 2004 como campeón del Torneo de Maestros por segundo año consecutivo y demostrando una amplia diferencia con sus contrincantes de aquellos días.

El primer set se resolvió para el suizo, con un quiebre a su favor: 7-5 en un ajustadísimo parcial, que parecía mostrar que la lucha iba a ser eterna, pero que la historia iba a ser la misma que se venía dando en el último tiempo, con Federer llevándose el match.

No obstante, sin siquiera permitir que esto sucediera, Safin salió disparado a emparejar las acciones y lo logró con creces. Un gran set de tenis desde su Head Liquidmetal Prestige lo marcaban como el ganador del segundo parcial por 6-4.

A partir de allí, y por más que el score mostraría números muy parejos, la historia se inclinaría para el suizo nuevamente. El tercer parcial lo resolvió igual que el primero, con un 7-5 y a su favor y llevó las acciones del cuarto a su conveniencia, intentando siempre finalizar el asunto y pasar a la quinta final de su carrera en Grand Slam hasta ese momento.

Pero fue aquí el punto de inflexión de la historia. Tras un tie-break disputado de manera magnífica por ambos jugadores, Federer logró hacerse con su primer match point tras un exquisito drop de revés, que dejó a Safin corriendo en vano hacia la red. 6-5 y saque para el número uno del mundo. Sin dudarlo un segundo, Federer sacó cargado sobre el revés de Safin, subió a la red y, tras atajar dos voleas, parecía sentenciar el asunto. Sin embargo, Safin llegó a una pelota imposible, concretó un globo sobre la cabeza de su oponente y el suizo, en su afán de cerrar el encuentro con un lujo tan digno y perfecto de su parte, intentó una Gran Willy que no logró superar la red. Así, el ruso zafaba la situación, cambiaba de lado 6-6 con una vida extra sacada vaya a saber quien de donde y se disponía a dar vuelta la historia, cosa que comenzaba a realizar en ese desempate, que culminaría a su favor por 8-6.

La definición se fue al quinto y defintivo parcial, donde el drama no pasó desapercibido. Safin tomó pronto la delantera y se fue en el set hasta llegar al 5-3, cuando sirvió para sellar su pasaje a la final. Federer, obstinado y con su calidad extrema, levantó dos match points y estiró el asunto un rato más, hasta que llegó a servir 6-7 y 15-40, cuando, nuevamente, levantó dos puntos para partido en favor de Safin y se puso 7-7, colocando al estadio en un verdadero hervidero.

Con el score en favor del ruso 8-7 luego de mantener aquel juego de servicio, Federer se preparó para intentar ganar su saque y seguir manteniéndose con vida en las semifinales. Tras estar 15-40 y levantar el quinto match point en contra, Federer sirvió al lado impar de la cancha sobre el revés de Safin, quien puso en juego la bola con una buena devolución. El intento del suizo por desbloquear la defensa por el lado del revés del ruso fue en vano, ya que la siguiente pelota, la cuál fue direccionada hacia ese sector de la cancha , se encontró con un Safin plantado, que conectó un potente revés paralelo a la línea, situación que provocó el esfuerzo de Federer, quien alcanzó la pelota, la puso del otro lado de la red como puso y trastabilló en el intento, dejando la definición a merced de un simple drive del ruso, que solo se limitó a pasarla del otro lado para decretar el definitivo 9-7 a su favor y el pase a la final.

De esta forma, Safin accedió al encuentro decisivo por segundo año consecutivo en Australia, su verdugo de la pasada edición ahora era su presa y se encontraba en una situación ideal para concretar su segundo Grand Slam, hecho que confirmó días después tras vencer en cuatro parciales al local Lleyton Hewitt.

Aquí te dejamos las mejores imágenes de aquella batalla entre Safin y Federer por las semifinales masculinas de la edición 2005 del Abierto de Australia.