Djokovic gritó campeón en el primer Grand Slam de la temporada tras vencer a Nadal en sets corridos dándole una verdadera paliza. El serbio consiguió su decimoquinto título grande y amplió aún más su distancia en el ranking sobre el mallorquín.

Lo que en la previa parecía que iba a ser el partido del siglo, Novak Djokovic lo simplificó en tres simples parciales. Es que Nole no dejó ni respirar a Rafael Nadal en la final masculina de singles y se coronó campeón en el Abierto de Australia demostrando una categoría pocas veces vista en un encuentro tan trascendental entre estos dos tenistas. El 6-3, 6-2 y 6-3 en favor del ganador, en dos horas y cuatro minutos de juego, demuestran a las claras que Novak hizo sencillo lo difícil para poder consagrarse por decimoquinta vez como rey de un Grand Slam.

El encuentro comenzó completamente favorable para el serbio. Ya en el segundo juego, quebró a Nadal y luego mantuvo su servicio para adelantarse 3-0 en apenas diez minutos, algo impensado en la previa. Poco a poco, el mallorquín, fiel a su estilo, intentó ir metiéndose en el encuentro a base de esfuerzo y empeño constante, y logró equiparar en cierto punto el parcial, pero jamás pudo doblegar el saque de Nole y, de esta forma, con ambos tenistas manteniendo su servicio hasta el final del mismo, Djokovic cerró la manga con un 6-3 contundente.

El segundo set inició de manera distinta. Con Nadal al saque, el mallorquín mantuvo sus dos primeros juegos con solidez. Djokovic, desde su lado de red, hizo lo mismo con los suyos. Pero el punto de inflexión, y quizás también del partido en general, estuvo en ese quinto juego de este parcial. Allí Nole quebró a Rafa hilvanando una soltura descomunal en sus golpes y, a partir de ese momento, todo fue para el serbio. Un quiebre más en el séptimo juego y no ceder nunca su servicio, hicieron que cerrara el telón del segundo acto con un 6-2 fulminante.

La mejor versión de Nadal se vio en el tercer y último set del encuentro, como así también la solvencia del número uno del mundo en los momentos críticos. Djokovic consiguió el quiebre de ventaja en el tercer game, no obstante, Rafa, en los juegos seis y ocho, complicó a Nole con algunas devoluciones y un amor propio único, característico de la bestia de Manacor. Sin embargo, sus intentos eran en vano: Djokovic era cada vez más regular y sólido desde la base y hacía de él un amateur intentando doblegar a un profesional. Consumados esos dos juegos a su favor, Nole no tuvo piedad y en el noveno, en su segundo match point y tras un fallido revés por parte de Nadal, cerró 6-3 el marcador y la historia en su favor para consagrarse, por séptima vez, en Melbourne Park.

De esta forma, el serbio se consolidará, desde mañana, aún más en la cima del ranking mundial, que ahora liderará con más ventaja de la que tenía cuando arribó a Australia. Además, cosechó su decimoquinto título de Grand Slam, marca superada solamente por Roger Federer y Nadal, haciendo de los tres, los tenistas más importantes en la historia del tenis. Por otra parte, como último dato de color, estiró su racha a veintiún triunfos seguidos en este tipo de torneos, marca que sale de las cosechas conseguidas con las coronas en Wimbledon y el US Open la pasada temporada y este Abierto de Australia del 2019. ¡Salud campeón!

Las imágenes de Novak en su triunfo ante Rafa: