Señales definitivas de que tu relación no funciona

Mucho se ha hablado hasta ahora de las claves para que una relación de pareja dure muchos años, de cuál podría ser el motor de tu relación e incluso de las pistas que pueden hacerte averiguar si tu relación es perfecta. ¿Pero qué ocurre cuando creemos que ya no funciona? Cuando lo hemos estirado tanto que está a punto de romperse en cualquier momento.

Hay veces que uno se aferra con todas sus fuerzas a una persona e intenta que la relación funcione, porque todavía se sueña con un futuro juntos, por costumbre, por amor o porque uno se niega a dejarlo marchar incluso sabiendo que ya no es lo mismo.

Si te encontras en este punto de incertidumbre, puede que las siguientes señales te ayuden a darte cuenta de que tu relación tiene fecha de caducidad. Si ya lo intentaste todo y, aún así, no sabes muy bien por qué la relación no encaja como antes, entonces estate atenta a estas señales.

El sexo no te satisface como antes
Párate a pensar: ¿Tenes relaciones con la misma frecuencia de antes? Aunque no lo creas, la atracción física y el sexo son una parte fundamental en cualquier relación. Si notas que apenas mantenes relaciones o que cuando las tenes no terminas satisfecha, o al contrario, entonces ahí hay un problema.

No hay ilusión a la hora de hacer planes
Antes el solo hecho de ver a esa persona y saber que ibas a pasar un rato junto a ella podía ser lo mejor que te podría pasar en el día. Ir al cine, salir a tomar algo, cenar en casa, hacer algún viaje, cualquier cosa era un plan genial. Ahora no tenes tantos planes juntos y cuando los tenes existe una falta de interés por parte de alguno a la hora de organizarlos. No es la misma ilusión, los “nervios” previos antes de verse el uno al otro desaparecieron.

Silencios incómodos
Tu pareja probablemente sea la persona con la que más confianza tenes en el mundo y hasta hace poco podías pasarte horas hablando de cualquier cosa sin parar, pero ahora es diferente. Les cuesta sacar un tema de conversación cuando están juntos, dudas de si podría interesarle una historia o no antes de contársela y lo que antes eran silencios cómodos, ahora se convierten en minutos angustiosos.

Discutís la mayor parte del tiempo
Esto probablemente se deba a que existe una falta de comunicación importante. Ya no están de acuerdo en nada, les cuesta ver el punto de vista del otro, no se escuchan, te pone nerviosa su manera de pensar. Si pesan más las discusiones que las buenas palabras, entonces algo va mal. Y si sabes que algo va mal, pero ninguno de los dos se anima a poner las cartas sobre la mesa, quizá deberías replantearte la situación, porque no podes permitir que se vuelva tóxica.