En primer lugar, asegúrate de que tú también lo deseas, ¡y no sólo tu pareja! ¿Con quién practicar un ménage à trois?
Con tu pareja y un “invitado”, compañero o casi desconocido. Si es tu pareja el que propone a alguien, tú debes ver si prefieres que este sea un amigo cercano o no. Si tus dos compañeros no se conocen mucho, seguramente se permitirán menos cosas….
Con dos hombres que forman parte, o no, del mismo círculo de amigos, sin ningún vínculo amoroso entre ninguno de los dos. El trío puede estar formado por cualquier persona en el marco de una noche. Si crees que estarás más cómoda con un amigo cercano, reflexiona sobre las consecuencias que ello podría tener en vuestra relación a posteriori.
La solidez de tu pareja es un criterio mayor. Es esencial mantener una buena complicidad entre tu pareja y tú. No olvides que el objetivo es que disfrutéis los dos, ¡no que lo haga sólo uno! Si te cuesta hablar de sexo con él, primero tienes que trabajar ese aspecto de la relación antes de hacer prácticas diferentes junto a él.
Para la mayoría de los hombres, la idea de compartir a su pareja es difícil de concebir. Así que, ten también en cuenta la dimensión homosexual que puede generar la presencia de otro hombre en el espíritu de tu pareja.
Si crees que tu pareja no está lo suficientemente consolidada, siempre puedes probar con nuevas y excitantes ideas que os impliquen a los dos solos, como por ejemplo algo de dominación y sumisión, una fantasía que cada vez atrae a más gente.
Si no tienes límites en tus horizontes eróticos, ¡tanto mejor! Hacer el amor a tres es salir de su propio cuerpo, multiplicar el placer, la excitación, las manos, las caricias… Un trío puede ser muy excitante si ambos estáis convencidos y elegís a la pareja adecuada
Se ponen en escena varias fantasías sexuales a la vez: fantasía homosexual o bisexual (en este caso, para tu hombre), voyeurismo, infidelidad, exhibicionismo… El trío también permite una forma de despersonalización, al contrario de la pareja, que puede ser excitante. Sin olvidar, simplemente, la fantasía de transgredir las normas amorosas.
Para reavivar la llama del deseo en el seno de tu pareja: tu hombre te deseará todavía más al verte excitada por otro. Es una cuestión práctica, el masaje a cuatro manos es una opción válida, igual que vendarle los ojos a uno de ellos.
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