“Me gustas pero yo a ti no”, parece un problema adolescente pero no lo es e incluso puede tener muchas consecuencias en nuestra salud mental.
Hay que ser muy valientes para hablar de aquello que nos lastima y nos hace daño, pero tratá de buscar una amiga de mucha confianza o algún familiar que pueda prestarte su oreja por un par de horas.
El desamor, la falta de reciprocidad en la atracción sexual y el rechazo a crear un vínculo más allá de lo amistoso, duelen. Pero no existe forma de eliminar el riesgo y debemos acostumbrarnos a vivir así, cuanto antes lo comprendamos más chances tendremos de sobreponernos cada vez que suceda.
Lo mejor en esta situación es tener una actitud activa, distraerse y evitar que los sentimientos negativos de este momento bloqueen tu vida. Para ello es fundamental tener objetivos, nuevos retos y entre ellos, debe brillar por su ausencia “recuperar a esa persona”. Al menos, si quieres aceptar la situación y superarla.
Si quieres atravesar esta situación sin generar dependencia hacia el otro, deja de torturarte. Deja de pensar en lo linda, sexy e inteligente que es esa persona mientras comes helado en pijama.
Reemplazar una relación por otra puede resultar tentador. Es una salida fácil pero irresponsable porque en lugar de enfrentar tus emociones, enterras los sentimientos de abandono, de dependencia y culpabilidad.
No debemos dejar de lado que estamos atravesando un proceso que guarda ciertas similitudes con el duelo. Genera estrés, ansiedad, resignación y sentimientos de dependencia frecuentes y adictivos. Si la situación se vuelve más complicada, lo recomendable es buscar ayuda profesional y no permanecer en un estado de continua frustración, donde reina el sufrimiento.
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