Cuando un niño ronca significa que sus vías respiratorias están algo obstruidas y, por lo tanto, el cerebro no está recibiendo la cantidad de oxígeno que necesita. Es muy importante que se trate a tiempo ya que puede desencadenar problemas más graves.
Los ronquidos pueden ocultar un trastorno respiratorio del sueño (TRS) de carácter obstructivo que se conoce como apnea central leve del sueño. En concreto, se dice que un niño es roncador cuando lo hace más de 3 noches a la semana sin que esté resfriado, siendo entre el año y los 4 años la etapa en la que los ronquidos son mayores.
“Estos niños se dormirán durante el día por ello podrán ser diagnosticados erróneamente de un déficit de atención o de problemas de aprendizaje. Algunos, paradójicamente lo que presentan es un estado de actividad y excitabilidad permanente. Además, tienen más riesgo de sufrir hipertensión arterial”, explica la pediatra Lucía Galán.
Es común pensar que el ronquido infantil es simplemente una etapa del sueño del niño, sin embargo, es importante saber que, aunque sean frecuentes, no deberían ocurrir.
El ronquido es el sonido que emitimos cuando el aire pasa a través de una zona estrecha de la vía área superior. Aunque es relativamente frecuente (hasta un 10 por ciento de los niños roncan) no debemos considerarlo como normal.
La obesidad, la desviación del tabique nasal o el paladar estrecho u ojival son algunas de las causas del ronquido infantil. Los resfriados y las alergias también pueden causarlos durante períodos breves, así como el uso de antihistamínicos.
Y los niños que tienen el paladar estrecho u ojival tienen dificultades para respirar bien mientras duermen produciendo los ronquidos. Además, los dientes torcidos o en mala posición, el arco dental curvado o deformado, así como el maxilar superior o mandíbula inferior estrecha pueden causar que los niños ronquen durante la noche.
Según la doctora Romina Vignolo, de la clínica Boca a Boca Dental, “cuando el ronquido infantil va acompañado de patologías como el bruxismo puede desencadenar problemas más graves como la apnea del sueño, dolor de cabeza, incluso son el futuro desgaste de las piezas dentales”.
La frecuencia de los ronquidos nos dará pistas para saber si se trata de un problema de salud o algo pasajero. Si es un hecho puntual, puede deberse a un resfriado, un exceso de mucosidad, alergia o una infección respiratoria que provoque la inflamación de los cornetes nasales o las amígdalas, de modo que se obstruyan las vías respiratorias altas. En tal caso, el tratamiento de la causa hará que desaparezca el ronquido.
El reflujo gastroesofágico, los niños que son fumadores pasivos, los que tienen “vegetaciones” o las amígdalas más grandes de lo habitual (hipertrofia adenoidea o hipertrofia amigdalar) también suelen roncar.
Por el contrario, si el niño ronca de forma continuada puede deberse a que tenga sobrepeso o sea obeso, en cuyo caso será conveniente someterlo a una dieta y una reeducación de los hábitos alimenticios para que pierda peso y luego lo mantenga.
Además, un ronquido crónico debe ser evaluado por un experto, ya que puede causar un retraso en el crecimiento del niño, afectar al rendimiento escolar y la capacidad de aprendizaje en general.
Si el motivo de los ronquidos responde a algún problema dental, debe tratarse con ortodoncia interceptiva. Este tratamiento se utiliza para expandir la boca del niño, incluso aunque no esté en la edad indicada para ello, que son los seis años.
Este tipo de ortodoncia consigue ensanchar el paladar mediante un disyuntor que se coloca en la boca del niño y que poco a poco se va ensanchando. Esto hace que las vías aéreas se amplíen para que pueda respirar mejor.
En opinión de la Dra. Vignolo, “es un tratamiento sencillo, rápido y muy eficaz que hace que el niño deje de roncar y evita posibles problemas más graves en un futuro”.
Por otra parte, Galán considera necesario contar con una historia clínica detallada para saber si el niño ronca todas las noches aunque no esté acatarrado, si hace pausas en la respiración (apneas), si tiene un sueño muy agitado o se hace pipí por las noches, si respira por la boca , si tiene problemas con la concentración… Además hay que realizar una exploración y convendría realizarle un estudio del sueño. Después de todo se podrá determinar si es necesaria una intervención quirúrgica. “El otorrino le quitará una parte de las amígdalas y adenoides para que el aire pueda circular con facilidad. La operación es sencilla, en 24 horas estaréis en casa de nuevo, y en unos días llevará una vida completamente normal”, concluye.
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