Más allá de las ojeras y el cansancio, hay otros motivos por los cuales deberías dormir al menos siete u ocho horas al día: evitar tomar decisiones impulsivas respecto a la alimentación.
Nuestro organismo quema más calorías en las actividades comunes y corriente, que en una hora de ejercicio diario. Por esta razón los expertos recomiendan llevar una vida activa, más allá del fitness.
Escoger las escaleras sobre el ascensor, estacionar el automóvil más lejos de la puerta de tu casa, hablar por teléfono de pie, dar caminatas, entre otras alternativas, te ayudarán a estar en forma sin hacer más esfuerzos en tu rutina y evitar el sedentarismo.
Asimismo, otro de los hábitos que aumentan de peso es comer delante del teléfono, el ordenador o la televisión, ya que se pierde el control y la conciencia de lo que estamos ingiriendo.
Como alternativa a esto han surgido corrientes como el mindful eating, que consiste en comer despacio, saboreando lo que se mete a la boca, masticando bien, para así comer menos y mejor.
Otras tácticas igual de buenas es evitar saltarse la merienda para no abusar en la cena y comer en platos pequeños y llanos para controlar las porciones.