Ayudan a combatir el colesterol
Las alcachofas contienen fitoesteroles, que ayudan en la digestión de las grasas, reduciendo los triglicéridos en sangre y ayudando a combatir el colesterol.
Regulan el tránsito intestinal
Gracias a su alto contenido en fibra, las alcachofas mejoran la digestión y regulan el tránsito intestinal. Previenen así, tanto diarreas como estreñimientos.
Mejoran la tensión alta y previenen la arterioesclerosis
Al reducir los triglicéridos y controlar el colesterol, previenen y ayudan a mejorar los posibles problemas cardiovasculares.
Previenen y ayudan con algunos tipos de cáncer
Las alcachofas contienen elementos como el cafecio o los flavonoides, que son señalados como beneficiosos para evitar la aparición del cáncer de colon o de mama.
Ayudan con el control de apetito y tienen un bajo índice calórico
Las alcachofas ayudan a controlar el apetito debido a la inulina, que es un tipo de hidrato carbono de liberación lenta. Esto hace que la energía que nos aportan las alcachofas sea administrada de forma pausada y regular por nuestro organismo. Además, tiene un muy bajo índice calórico: menos de 25 calorías por cada 100 gramos. Es un alimento perfecto para controlar el peso.
Contienen vitaminas y minerales esenciales para el organismo
Hierro, sodio, potasio, vitaminas A y B6, magnesio.
Funcionan como diurético natural
Las alcachofas eliminan toxinas y ayudan a evitar y disminuir la retención de líquidos. Al eliminar toxinas y excesos de grasa, pueden ser beneficiosas para mitigar algunas enfermedades de la piel, como el acné, la dermatitis o los eccemas.
Previenen los problemas de hígado y ayudan en las recuperaciones de enfermedades hepáticas
Al ayudar a liberar toxinas y funcionar como diurético, las alcachofas limpian y depuran el hígado, evitando así posibles problemas y ayudando en su funcionamiento.
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