La diferencia entre carne y roja no es científica, más bien una invención humana para diferenciarlas en base a su color. Este depende de una sustancia llamada mioglobina, una proteína que da color rojo a los músculos. Así, las rojas corresponderían a la vaca, el cerdo, la ternera o los corderos, mientras que las blancas corresponderían al conejo, pollo, pavo y pescado, principalmente.
Definida esa característica, ¿qué diferencias hay entre la carnes roja y blanca? Para empezar, la roja tiene un mayor contenido en grasa, de manera que puede provocar obesidad más fácilmente. Mientras el pollo tiene menos de un 15%, el cerdo llega hasta el 45%.
Además de tener más grasas, lo peor de la carne roja es que estas son saturadas (en una proporción de casi 3 veces más). Por ello, también pueden provocar índices más altos de colesterol. En relación con todo esto, las carnes rojas también tienen más calorías que las blancas. Por otro lado, también tienen más proteínas, por lo que, si buscas este aporte, su consumo está más recomendado.
A nivel nutritivo también existen diferencias entre la carne roja y la blanca. La primera tiene un valor más alto, aportando vitamina B, hierro, creatina, zinc, fósforo y ácido alfa lipoico. La blanca es menos nutritiva, aunque cabe resaltar el valor de los ácidos grasos Omega-3 que aporta el pescado.
En cuanto a las enfermedades asociadas, se sabe que el consumo de carne roja aumenta los riesgos de padecer cáncer, especialmente los colorrectales, de mama, de próstata y de páncreas. También puede influir en la aparición de enfermedades cardiovasculares, hipertensión e incluso la artritis.
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