Cenas ligeras, rápidas y saciantes

No te pierdas nuestras recomendaciones de cenas ligeras que te ayudarán, no solo a adelgazar o mantener tu peso sin pasar hambre, también a disfrutar de un sueño reparador.

Si además de no sentirte pesada, quieres eliminar algún kilito de más y dormir a pierna suelta, lo mejor es elegir una cena ligera, rápida y saciante. Ya conoces el dicho, “desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo”. Con este refrán como máxima, te vamos a dar unas cuantas recomendaciones para que elabores algunas cenas ligeras y saludables.

El protagonista principal son las ensaladas y las proteínas cocinadas con poca grasa. Mejor optar por la plancha, horno o vapor y olvidarnos de rebozados y fritos que además de aportar muchas calorías, provocan digestiones pesadas nada recomendables para la línea ni para un sueño reparador. Enseguida notarás que por las mañanas te levantas más fresca y con más vitalidad, dispuesta a disfrutar de un desayuno completo que te llenará de energía para empezar el día con buen pie.

La lechuga, una de las propiedades con las que cuenta, además de su bajo aporte calórico, es que produce un efecto relajante en nuestro organismo, por lo que resulta ideal para las cenas. Acompáñala de tomate, atún al natural, apio, zanahoria rallada… e incluso unos taquitos de pavo o queso bajo en grasa para enriquecer el aporte de proteínas, de alto poder saciante.

Como comentábamos antes, mejor olvidarse de los hidratos de carbono y el exceso de grasas antes de dormir. Estos alimentos son básicos en nuestra dieta pero mucho mejor ingerirlos por la mañana o a la hora de la comida, ya que así iremos quemando su aporte calórico a lo largo del día. Por la noche, el cuerpo descansa y esos hidratos de carbono consumidos se pueden convertir en grasa y alojarse en vientre, caderas y en las temidas cartucheras.

Así, lo mejor es optar por una rica ensalada acompañada de carne baja en grasa o pescado: la carne de ave, los embutidos ligeros (jamón de york, pavo o jamón serrano), y los pescados blancos son perfectos. Si quieres puedes acompañarlos también de verdura al horno, al vapor o a la plancha, mucho más ligero que un acompañamiento a base de arroz o patatas. Dentro de los pescados blancos tienes un gran abanico de posibilidades: dorada, lubina (perfectas cocinadas al horno a la sal), bacalao, merluza, pescadilla… recuerda siempre cocinarlas con la menor grasa posible, apórtales sabor y aroma utilizando especias y complementos como cebolla, ajo, perejil, limón… aunque recomendamos no te excedas con la pimienta o cayena, que no te ayudarán a conciliar el sueño debido a sus efectos excitantes del sistema nervioso.
Si eres más de carne, evita las más grasas como el cordero o el pato, y decántate por la ternera magra, el pollo (retirando la piel) o el pavo. Incluso el cerdo si la porción no tiene grasa visible. A la plancha y con un acompañamiento de ensalada o verduras, disfrutarás de una cena ligera y nutritiva para despertar descansada y de buen humor.

En cuanto a las bebidas, evita aquellas con gas, pues aunque sean sin azúcar, dificultarán la digestión e hincharán tu vientre.

Como postre puedes optar por un lácteo desnatado o una pieza de fruta. Las manzanas son especialmente recomendables, pues poseen un efecto relajante en el organismo, además de ser extremadamente saciantes. ¡Consúmelas con piel!

Como broche final, una infusión relajante puede ser una opción ideal antes de dormir, una manzanilla, una tila o aquellas combinaciones de hierbas preparadas en prácticas bolsitas, siempre sin teína, te asegurarán una digestión tranquila y un sueño reparador.

La cena ideal según la cronobiología

Según el momento del día la absorción de los nutrientes varía, evidencia científica que da origen a la “cronobiología”, ciencia que estudia el funcionamiento y el ritmo del cuerpo humano a lo largo del día.

Los órganos de nuestro cuerpo se rigen por un reloj interno marcando los momentos de rendimiento y los de descanso. Por la mañana los órganos tienen una mayor actividad, de ahí la importancia de ingerir un buen desayuno, variado y abundante. A medida que transcurren las horas el organismo va ralentizando su metabolismo, de modo que por la noche es el momento en el que existe mayor riesgo de acumular grasas.

Si quieres mantener la línea o perder algunos kilitos es necesario prestar atención a las cenas, aumentando el consumo de proteínas en forma de huevos, tofu, queso fresco, pescados, carne magra, legumbres… ya que el organismo necesita trabajar más para digerirlas. Acompaña siempre el plato con verduras frescas y vigila las grasas, añadiendo poco aceite.

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