Millones de personas padecen la diabetes, la enfermedad que afecta la producción de insulina. Existen dos tipos: la insulinodependiente, la cual no puede prevenirse y el páncreas no produce insulina, pero la mayoría de los casos pertenecen al no insulino dependiente, en la que no se produce la cantidad necesaria de insulina o hay un mal funcionamiento del páncreas debido a la obesidad. Esta última, por suerte, puede prevenirse y podemos reducir su aparición con una correcta alimentación.

La falta de ejercicio, una dieta no saludable y el sobrepeso son algunas de las señales para darnos cuenta que somos diabéticos de tipo 2. Es decir, no insulinosdependientes. Por eso, es importante comer de forma saludable y evitar comer pan blanco o arroces que no sean integrales, para evitar subir el azúcar en sangre. Es preferible consumir hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutas.

Otros alimentos que se recomiendan consumir son los lácteos descremados y las grasas insaturadas, como el pescado, aceites sin freír y frutos secos.