Son muchas las personas que a causa de la piel grasa presentan un cutis de aspecto brillante, específicamente en la zona “T” conformada por la nariz y la frente. El exceso de sebo provoca este brillo porque los poros de la piel se cierran y no logran respirar de manera normal.
“Sea genético, un brote puntual o provocado por el estrés, la piel grasa se puede producir por dos componentes: uno genético, sobre el que poco podemos hacer, y otro hormonal o relacionado con los hábitos de cada persona. El ciclo hormonal afecta de forma clara a la producción de sebo, por eso en la adolescencia la prevalencia de la piel grasa y el acné es mayor”, afirma la doctora Cristina Sciales, médica cirujana, MN 66.744.
“La piel grasa es fruto de una rebelde producción de sebo de las glándulas sebáceas, localizadas en las capas más profundas de la piel, una mala o excesiva limpieza, no utilizar los productos indicados según el tipo de piel, e incluso, una mala alimentación puede influir negativamente en su aspecto”, comenta y señala que hoy el uso continuo del barbijo provoca un aumento en los problemas de acné, bautizado “maskné”, del inglés mask (máscara) y acné.
Esta complicación se da especialmente en personas con piel sensible y que deben usar la mascarilla durante horas, y se produce por el roce y la falta de oxigenación y transpiración de la piel.
Las características que presenta este tipo de tez son:
-Apariencia brillante, sobre todo en los días de calor
-Poros abiertos, debido a la concentración de grasa
-Piel más gruesa de lo normal
-Zonas de sequedad debajo de las cejas y en las aletas de la nariz
Cuidados especiales:
Estas son las recomendaciones de la doctora Sciales:
Higiene, fundamental, pero con mucho cuidado: es muy importante realizar una limpieza de cutis lo más delicada posible. Debemos evitar limpiadores agresivos, porque una higiene excesiva aumenta la producción de sebo. El pH es muy importante en los productos que utilicemos, valores alrededor de 5 controlan las secreciones excesivas. Es ideal evitar todo aquello que haga espuma, los tensioactivos (agentes limpiadores), incluso los de origen natural, suelen ser agresivos y su pH elevado.
No descuidar la rutina: lo más importante de todo es la limpieza. Debemos limpiar el rostro dos veces al día (por la mañana y la noche) para remover las impurezas que se acumulan en la dermis, así como el maquillaje. Lo ideal es elegir productos ligeros que se vayan con el agua como geles, aguas limpiadoras o jabones. Tenemos que evitar las cremas limpiadoras ya que aportan más oleosidad al rostro y asegurarnos de que sean productos para pieles grasas de modo de mantener el equilibrio de la dermis.
No usar productos que resequen la piel: la gente con piel grasa puede caer en el error de limpiar la piel con productos muy agresivos que eliminen completamente el manto hidrolipídico, lo que genera un efecto rebote ya que se produce más grasa para compensar la pérdida y se desequilibra el manto hidrolipídico. Además, la función barrera se ve también afectada, lo que deshidrata la piel y hace que se vea por un lado brillante, por el exceso de grasa, y por el otro apagada, por la deshidratación.
Limpiar la piel en exceso es contraproducente: de esta manera, lo mejor son las leches limpiadoras, que suelen ser sebosustitutivas, ya que el sebo de las pieles grasas, debido a su composición, tiende a oxidarse con mucha facilidad, así se renueva y hace que disminuya su viscosidad.
Otro de los errores más comunes, es evitar la hidratación bajo la creencia de que es precisamente esto lo que puede provocar el exceso de grasa. En este sentido, hidratar la piel con productos específicos, que ayuden a mantener el equilibrio, mientras absorben el exceso de sebo o regulan su producción, es vital para mantener una piel sana, radiante y luminosa (pero no brillante).
Debemos hidratar la piel con productos especiales para pieles grasas para evitar aumentar la oleosidad. Para este tipo de pieles se recomienda usar una crema hidratante de noche ya que es cuando el cuerpo absorbe los nutrientes y la piel se repara. Los sérums y geles hidratantes tienen una textura ligera, ideal para este tipo de piel.
Los mejores ingredientes:
“Para una piel grasa, más que la textura o fluidez del producto, son importantes los componentes, ingredientes tradicionales como la bardana, el aceite esencial de salvia o incluso la manzanilla y el aloe vera han sido estudiados durante décadas y han demostrado su eficacia con creces. También son buenos los productos que contienen óxido de zinc y el ácido azelaico para tratar problemas más puntuales de acné o puntos negros, ya que actúan como absorbentes, pero al mismo tiempo poseen propiedades antibacterianas”, recomienda la doctora.
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