¿Problemas para dormir? ¡Acá algunos consejos!

La cama es solo para dormir

Uno de los errores más comunes que cometemos -y que el aislamiento ha potenciado- es el hacer más de una cosa en un mismo espacio. Nuestra mente le da a cada lugar una función en especial, por lo que, si nuestra cama es cama, mesa de estudios y sillón para ver películas a la vez, nuestro cerebro se confunde y pierde la capacidad de distinguir lo que buscamos en cada momento.

Lo más recomendable es que utilices tu cama solo para dormir o que limites su uso para actividades relajantes.

 

Realizá actividad física durante el día

Hacer ejercicio está directamente relacionado con una mejora en nuestra calidad de vida, ya que cuenta con innumerables beneficios físicos, psicológicos y sociales. La actividad física mejora el ánimo y es una excelente forma de relacionarnos con otras personas. Esta sensación de bienestar impacta directamente en nuestra capacidad de descanso ya que su práctica regular reduce la ansiedad y la depresión, generando pensamientos positivos a la hora de apoyar la cabeza en la almohada.

Un aspecto por tener en cuenta es medir bien la intensidad, ya que, si te excedes, el dolor muscular puede dificultarte el sueño y causarte interrupciones durante tu descanso.  En este sentido, 20 minutos de yoga o caminata, colaborarán con nuestro objetivo. 

 

Relajá cuerpo y mente

Este es un aspecto fundamental para tener un descanso reparador. Al relajarnos, generamos un estado de bienestar que favorece que nuestro ritmo cardíaco, respiración, dolores, estrés y ansiedad se regulen. Además, contribuye a eliminar las tensiones musculares y emocionales.

Existen varias técnicas de relajación. Una de ellas es la meditación, la cual nos permite limpiar nuestra mente, calmando las emociones negativas. Esta práctica disminuye la ansiedad, aumenta la creatividad y la sensación de felicidad, y nos permite ganar claridad y paz mental.

Otra técnica muy útil es la respiración consciente. Esta práctica aprendida profesionalmente es muy efectiva para bajar el estrés, ya que reduce el cortisol, hormona que lo genera e incrementa con las preocupaciones, impactando positivamente en nuestro estado de ánimo. Además, ayuda a elevar nuestra energía, trabajando sobre la raíz de las emociones como la depresión, la angustia y ansiedad, eliminando su causa. 

Otras prácticas que nos permitirán relajarnos antes de dormir son darse un baño de inmersión o una ducha caliente antes de acostarnos, escuchar música suave que se corte sola al dormir y evitar series agresivas o noticias negativas durante la noche.

 

Alimentate bien

El exceso de alimentos durante la noche o no consumir los alimentos adecuados para que el proceso digestivo se lleve a cabo de manera óptima, afecta nuestro descanso generando que el cuerpo no funcione de la mejor manera al día siguiente.

No solo es importante consumir alimentos ricos en serotonina (lácteos, huevos, cereales y frutos secos, entre otros) que pueden favorecer el sueño, sino en qué momento los consumimos. Si consideramos el desayuno y el almuerzo como nuestras “comidas fuertes” y cenamos liviano tres horas antes de acostarnos, estaremos favoreciendo nuestro descanso. Además, evitando el consumo nocturno de alcohol, cafeína, chocolates, tabaco o alimentos ácidos también colaborarán con nuestro objetivo de tener dormir plácidamente.

 

Sé feliz

Aunque parezca una obviedad, sentirnos felices lleva a que todo funcione de la mejor manera. Se trata de estar en armonía con uno mismo y con el entorno. El sueño y la felicidad se retroalimentan y potencian entre sí, ya que a mejor descanso somos más felices y viceversa. Dedicarle menos tiempo a las preocupaciones, la peor de las influencias para el sueño, y ganar espacios para hacer cosas que nos llenen el alma impactan positivamente en nuestro descanso.

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