Lo primero, ponelas a prueba
Todas las pinturas plásticas son resistentes al agua, pero si no tenes claro con qué tipo están recubiertas tus paredes, mejor hacer una prueba en una zona poco visible para evitar males mayores. Basta con aplicar, detrás de un sillón o de cualquier otro mueble un poco del producto sobre el elemento con el que se vaya eliminar la suciedad. Esto será suficiente para comprobar si superará el lavado sin problemas.
No te olvides de ‘barrerlas’
Quizá no lo habías pensado, pero las paredes también acumulan polvo. Es cierto que en las que son lisas este fenómeno es menor, pero cuando el gotelé es el protagonista la acumulación de partículas puede saltar a la vista. Este paso es imprescindible antes de hacer un procedimiento que implique líquidos. Elimina el polvo acumulado con un aspirador y su correspondiente accesorio, un trapo húmedo o una bayeta de microfibra.
No hay que olvidar abordar también el techo, ya que muchas moléculas se adhieren también a él. En esta zona o en la parte más alta de las paredes la organizadora profesional recomienda utilizar una escoba recubierta por un trapo o una bayeta de microfibra grande.
Contra el moho, vinagre de manzana
El vinagre de manzana no solo sirve para cocinar o para devolver el brillo al pelo. Por supuesto, también son extensibles a la limpieza de la casa. Diluido podrás usarlo para limpiar las paredes. Para eso, pone tres cucharadas soperas de vinagre de manzana por litro de agua y frota con un trapo.
¿Por qué utilizarlo? Es un líquido libre de químicos perjudiciales para la salud, por lo que las irritaciones y problemas derivados de la volatilidad de sus partículas se reducen. Es un antibacteriano que ayuda a combatir gérmenes como la Candida Albicans, Escherichia Coli y Staphylococcus Aureus, lo que significa que es un buen aliado también contra el moho. Se recomienda limpiarlo con agua y vinagre en partes iguales, usando un cepillo de cerdas mojado en esta solución y frotando la mancha. Después enjuagar y secar la pared.
Limpieza a fondo en paredes plásticas
Como avanzábamos, son las paredes con pintura plástica las que mejor resisten los lavados, ya que podes limpiarlas con agua y jabón sobre una bayeta de microfibra bien escurrida. Para que no queden manchas de líquidos tras el proceso es importante ajustar la cantidad. No se trata de empapar las paredes porque se pueden estropear.
Cuando se trata de roces, manchas de patas de animales o dibujos inesperados, se recomienda utilizar una esponja tipo borrador mágico. Es muy fácil de usar, únicamente hay que mojarla, escurrirla y pasarla sobre la mancha con movimientos circulares. Luego, dejar secar al aire. Si es un lápiz el que ha roto con la homogeneidad de la pared, simplemente se necesita una goma de borrar para devolverla.
Cuidado con el temple
Existen acabados en los que el mínimo contacto con el agua puede provocar un daño irreversible. Si tus paredes son de pintura al temple, no te aconsejo que la mojes ya que te llevarás la pintura y entonces sí que tendrás que pintar para corregir esa marca o mancha. En estos casos, mejor afanarse en eliminar el polvo. Si tienen manchas, habrá que pasar la brocha.
Los azulejos hay que desinfectarlos
Los azulejos de baños, cocinas y terrazas suelen revelar aún más la suciedad, debido a que se encuentran en zonas sensibles del hogar. En las estancias donde dispongas de azulejos, puedes eliminar la suciedad o grasa preparando un barreño con agua, jabón líquido y vinagre. La razón de ser del vinagre en esta fórmula es su poder desinfectante.
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