Es muy frecuente, en estos tiempos, que los niños sientan enojo, depresión, ansiedad y/o estrés. Muchas veces, desconocen o no diferencian las distintas emociones, por lo cual, son incapaces de expresar con palabras sus sentimientos y estados de ánimo. El miedo y la incertidumbre, afectan en ellos aún más que en los adultos, dado que, en ocasiones, no comprenden lo que sucede a su alrededor o escuchan información a medias y la reconstruyen con su fantasía. El encierro no es saludable para nadie, pero los niños y adolescentes, por su parte, requieren del contacto exogámico por fuera de la familia, con sus pares, para su desarrollo y constitución de identidad. La escuela es un organizador tanto de la vida psíquica como de la vida social y el vínculo con compañeros y docentes es irremplazable. Por otro lado, la ambigüedad y la contradicción de los mensajes “quédate en casa” y “salgamos un rato” genera mucha angustia, ansiedad, miedo al exterior y culpa. Es por esto que, en estos tiempos, es clave prestar atención a la educación emocional y en esta nota te contamos cómo trabajar emociones con niños. 

Entendiendo el contexto

Es importante hablar con los niños acerca de lo que está sucediendo a nivel mundial, a modo explicativo, con palabras simples, sin causar temor y sin sobrecargarlos de información. Comentándoles que cuidarse a sí mismo, es también cuidar al otro. Se debe tener cuidado con el contenido y la información a la que pueden acceder, ya que eso puede generar en ellos mucha ansiedad y miedo. Todo esto ayuda a bajar el nivel de incertidumbre y angustia. También se recomienda mantener las rutinas y hábitos que se tenían antes de comenzar la cuarentena en la medida de lo posible. Preservar los horarios de sueño, las cuatro comidas, establecer las horas de estudio y de actividades escolares, etcétera. Generar diferencias entre los días de la semana y los fines de semana, también es importante.

¿Cómo te sentís?

En este contexto, es esencial generar un espacio donde se pueda hablar sobre las emociones y los sentimientos, en familia. Un espacio donde los diferentes integrantes de la familia puedan compartir sus estados de ánimo. Este es el momento de preguntarles a los niños cómo se sienten, para que se sientan acompañados. También es recomendable realizar actividades lúdicas diariamente, para despejar la mente de los niños y que se diviertan haciendo lo que más les gusta. En estos tiempos, aunque en realidad siempre, es fundamental dedicarle tiempo al juego y realizar actividades en familia. Además, existen numerosos juegos para trabajar las emociones con niños que pueden ser divertidos e increíbles lazos entre los integrantes de la familia. 

Re-armar las emociones

Les proponemos una actividad: deben dibujar sobre el papel diferentes caras que expresen distintas emociones (tristeza, alegría, sorpresa, vergüenza, miedo, etcétera). Luego, la idea es pegar cada cara en un cuadrado de cartón distinto. Para finalizar, se va a recortar cada cartón con su cara por la mitad ¡Y ya tienen el rompecabezas listo para jugar!

Lo ideal es hablar de cada emoción a medida que se van formando las caritas, compartir situaciones en las que se hayan experimentado las diferentes emociones y se pueden actuar las distintas caras para hacerlo más divertido. De esta forma, al ver que a los grandes también les pasa, los niños pueden reconocer más fácilmente y, así, exteriorizar las suyas propias. A través de juegos de emociones, podemos pasar un lindo momento en familia donde los más pequeños van a poder reconocer lo que les pasa, hablar sobre ello y contar en qué situaciones se sintieron de esa manera. También, una vez que las incorporen, van a poder expresar, en cada situación que transcurra, cuál es la emoción que sienten en su cuerpo, con mayor facilidad. Gracias a ello, los adultos van a poder entender y conocer, aún más, los estados de ánimo de los niños.