1º. No hay que confundir valor y precio: las cosas realmente valiosas de la
vida no pueden ser compradas, ni vendidas. La vida misma no tiene precio.

2º. Necesitamos menos cosas de las que imaginamos. Muchas de nuestras
necesidades son un invento de ésta sociedad de consumo que nos incita a gastar y a
endeudarnos para que el sistema siga funcionando como hasta ahora. Dejar de
basar la propia vida en el consumismo es el primer paso hacia una vida con menos
necesidades y por lo tanto, más plena.

3º. El dinero, como todo en el universo, es energía. Y lejos de ser una
energía escasa, es sumamente abundante. Hay que eliminar la idea de que el dinero
es un bien escaso, porque esto es un concepto alimentado por la consciencia
colectiva. El dinero también puede ser una energía abundante en nuestras vidas si
cambiamos las creencias relacionadas con él.

4º. Como cualquier otra energía, el dinero fluye –entra y sale- en
nuestra vida en la forma y cantidad acorde a nuestra necesidad evolutiva del
momento presente. Atraemos a nuestra vida la cantidad justa de dinero que
necesitamos experimentar aquí y ahora, como seres espirituales que somos.
Recuerda que podemos cambiar nuestras creencias respecto al dinero, y así
nuestra realidad laboral, profesional o material. Si lo que deseas es atraer
abundancia a tu vida, tienes que comenzar por cambiar tus creencias negativas
respecto a él, por otras creencias positivas. Imagínate rodeado o rodeada de todo lo
que creas necesitar, sintiendo con los cinco sentidos el bienestar que esto aportaría
a tu vida. Comienza a vibrar en la energía de la abundancia y pronto comenzará a
manifestarse en el plano físico. Recuerda que nada es inmediato, que lo material
tiene sus tiempos de manifestación. No desesperes. Continúa ensayando la
sensación de bienestar y abundancia aún sin resultados aparentes. Tarde o
temprano la riqueza se materializará en tu vida, y con ella nuevos desafíos y
aprendizajes para tu camino espiritual. Luego será TÚ RESPONSABILIDAD
utilizar bien éste instrumento.

5º. El dinero –sea poco o mucho- se multiplica cuando se comparte, no
cuando se enfoca desde el deseo de acumulación. Cuando la energía se acumula, se
estanca.  Si acumulas dinero sin compartirlo, lo único que consigues es bloquear el
flujo de ésta energía. La acumulación es la consecuencia del miedo a perder el
dinero, basado en la creencia de que el dinero es escaso. Si cambias tu creencia (“el
dinero es abundante”) crearás a tu alrededor otra realidad y la prosperidad será
una constante en tu vida.