¿Le parece que posterga más las cosas que tiene que hacer desde que trabaja en casas por la pandemia?
Cuando surgió la covid-19, la gente no tuvo tiempo de adaptarse ni de procesar el nuevo estilo de vida. Y es que la pandemia global abrió el camino para una crisis de la salud mental porque ocasionó más estrés, ansiedad y hasta depresión, todo lo que puede aumentar, con el tiempo, el riesgo para enfermedades crónicas.
Además, cuando la gente siente temor, estrés o depresión, es más susceptible a procrastinar y postergar o posponer deberes y quehaceres. Por eso en los últimos tiempos, la procrastinación se ha convertido en un fenómeno de masas.
Todos, en algún momento de la vidas, hemos pospuesto alguna labor importante por pereza o porque no teníamos ganas de hacerla. “Mejor mañana”, es el pensamiento habitual, y en su lugar hacemos otra tarea más sencilla o que nos hace sentir mejor.
Este comportamiento forma parte de la condición humana. Cuando tenemos que enfrentarnos a una tarea desagradable se produce una guerra silenciosa en el interior de nuestro cerebro. El sistema límbico y la corteza prefrontal compiten por controlar la situación.
La procrastinación y el cerebro
Antes de la pandemia, los horarios y planes diarios permitían mantenerse al día, garantizar el cumplimiento con ciertas metas específicas y terminar las tareas pendientes; pero la pandemia cambió los horarios, las actividades y la planificación diaria. Algunas personas que por primera vez en la vida trabajan a distancia desde la casa, ahora, notan lo difícil que es separar el espacio laboral del hogar y al descanso.
El cerebro tiende a asociar las cosas y, de esa forma, se crean los hábitos. De acuerdo con el doctor Yaser Dorri, psicólogo en Mayo Clinic, si usted asocia su habitación con el sueño, le es más fácil quedarse dormido cuando se acuesta en la cama. De manera similar, si su trabajo es estresante y lo hace desde casa, quizá haya notado que relaciona el estrés con la casa o con el cuarto desde donde trabaja a distancia.
Ese cambio en el estilo de vida provoca la procrastinación y aquel pensamiento de “primero, voy a tomar café y luego, terminaré lo que debo hacer”. Esto podría tratarse de la llamada procrastinación productiva, que ocurre cuando se evita una tarea para completar otra que no tiene ninguna relación.
¿Qué se puede hacer para superar la procrastinación?
Según Dorri, lo primero que se debe hacer es responder las siguientes preguntas:
• ¿Cuáles tareas debe completar y qué plazos tiene? Haga una lista.
• ¿Cuáles tareas son prioritarias? Clasifique las tareas por orden, del 1 al 10, y asigne el número 1 a la tarea prioritaria y el 10 a la menos importante que puede atenderse más adelante.
• ¿Cuánto tiempo deberá invertir en cada tarea?
• ¿Cuándo puede terminarlas para añadirlas a su calendario?
Además, hay que tomar conciencia de cómo se siente, esto porque los pensamientos, sentimientos y comportamientos están relacionados entre sí.
El especialista quien también es psiquiátrico afirma que es importante a diario preguntarse ¿cómo se siente hoy?, esto con el fin de saber qué contribuye a su procrastinación.
“¿Cuáles pensamientos contribuyen a esos sentimientos? Por ejemplo, si siente ansiedad, valdría la pena explorar a un nivel más profundo los pensamientos y las emociones que se relacionan con esa sensación de ansiedad. Al principio, quizá sea difícil identificar los pensamientos y las emociones que provocan la ansiedad; sin embargo, a medida que transcurra el tiempo, será más fácil nombrar y moderar esos pensamientos, así como sentir para sanar las emociones” agrega Dorri.
Empiece, pero hágalo de a poco
Primero, vea la lista de tareas que debe completar, como programar una cita con el médico, hacer la compra o recoger los medicamentos de la farmacia. Escoja una tarea que haya marcado como alta prioridad y descompóngala en tareas más pequeñas.
“La procrastinación suele hacernos pensar que las tareas son gigantes y que no se completarán o que se requiere gran cantidad de tiempo para terminarlas. Al descomponer las tareas en otras más pequeñas, se ve que la tarea a cumplir no es tan difícil como parece. Por ejemplo, si debe programar una cita, una tarea más sencilla sería ver su calendario para saber cuáles días está disponible. Otra tarea más sencilla sería ver si necesita que alguien lo transporte hasta la cita y, en ese caso, quién sería esa persona” dice el médico.
Escriba notas en su calendario respecto a cuándo quiere hacer esas tareas tan sencillas. La planificación es otro factor fundamental en la batalla contra la procrastinación.
El paso siguiente suele ser difícil, porque consiste en empezar. Para ganarle a la procrastinación, hay que obligarse a empezar una tarea, independientemente de cuán sencilla sea. Por ejemplo, si debe hacer ejercicio, pero tiene pavor de empezar, comience con una caminata de diez minutos. Y si le resulta demasiado, entonces, camine 5 minutos.
Establezca una rutina
Tener horas fijas de trabajo también ayuda. Empiece todos los días a la misma hora, aunque su supervisor no lo vigile. Vístase igual que para ir a trabajar. Tome descansos saludables para relajarse, como una caminata corta, o haga ejercicios de estiramiento, yoga o respiración profunda. Acuéstese todas las noches a la misma hora.
No sea duro consigo mismo
Fallar una o dos veces no significa que siempre fracasará. Si falla, continúe intentando, piense positivamente y mantenga un diálogo interno, positivo y de motivación porque eso le ayudará a alcanzar sus metas.
Los estudios muestran que la atención plena y la autocompasión ayudan con la procrastinación. Estas prácticas sirven para superar las emociones negativas.
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