Puede que Carrie Bradshaw sea más recordada por los miles de looks desenfadados que lució por las calles de Manhattan, pero la más temeraria de las chicas de Sexo en Nueva York también lució muchos looks influyentes desde la comodidad de su casa. Siendo como era escritora freelance que solía trabajar desde su apartamento en el Upper East Side, Carrie pasó la mayor parte de su tiempo creando sus columnas de consejos frente a su Macbook. Pese a que siempre sacaba un rato para un brunch con las amigas o unas compras rápidas en Manolo Blahnik, Carrie no habría podido pagar sus facturas sin echar muchas horas trabajando en casa. Vale, es cierto que el Manhattan de los 90 y primeros 2000 era un lugar muy distinto: las expresiones como el distanciamiento social y la auto-cuarentena aún no habían sido acuñadas, y la mayor preocupación de Carrie era si Mr. Big correspondería o no sus sentimientos, pero pese a todo hay mucha inspiración que hallar en el interminable fondo de armario del personaje.
Cuando Carrie trabajaba desde casa, nunca sacrificó su estilo personal ni se vistió de sport para abordar tareas diarias como sacar a pasear al perro o comprar algunas cosas en supermercado. La visión ecléctica de la protagonista de la serie por parte de Patricia Field no permitió muchos momentos casual, pero es precisamente eso lo que hizo a Carrie tan atractiva. Capaz de sentarse a teclear una columna con una chaqueta de plumas de marabú, o de asomarse un momento a las escaleras de la puerta de su casa con unas botas de piel de pitón y pieles sintéticas, fue una musa que se deleitó en lo más fantasioso del mundo de la moda (sin importar cuán impráctico fuese).
Carrie (y Sarah Jessica Parker, su alter ego fuera de la pantalla, que cumplió 55 años ayer) siempre supo aprovecharse de los placeres que no proporciona el vestirnos bien. Después de todo, un gran atuendo supone un subidón de ánimo tanto para quien lo lleva como para quienes están a su alrededor. Pese a que resulte tentador trabajar en pijama y zapatillas desde casa, el entusiasta y animado atuendo de oficina de Carrie es prueba de que un gran estilo puede elevar cualquier situación. Así que, ya vayas a combinar un collar de perlas con el chándal o a ponerte tu vestido favorito para echarte unas risas, lo cierto es que un poco de moda puede levantar nuestro estado de ánimo cuando más lo necesitamos.
A continuación, la guía de Carrie para vestirnos para teletrabajar desde casa.
Moda deportiva
Incluso la Carrie ochentera entendía que los básicos podían animarse enseñando un poquito de hombro y con un clásico collar de perlas.
Organizando los armarios
¿Hora de llamar a Schmatta Shrink para que organice tu armario o de entregar unas pocas cajas a la caridad? ¿Por qué no echarle un vistazo a tu armario subida a unos tacones y con un arnés para el cuerpo? ¡Daño no te iba a hacer!
Paseando al perro
En el supuesto excepcional de que tengas que aventurarte a salir fuera de casa, déjate el plumas negro en casa. Los brocados florales (y los perritos) te harán sonreír, incluso cuando afrontes la más mundana de las tareas.
De compras en el súper
No hay nada de divertido en surtirse de papel higiénico, desinfectante y pizza rolls, pero mezclar estampados puede añadir un toque de ligereza a la experiencia.
Distanciamiento social
Asegúrate de mantener las distancias si tienes que salir a la calle. Nadie se te acercará a molestarte si vas engalanada envuelta en una capa protectora por obra y gracia de Prada.
De relax en el balcón
Los espacios abiertos (escaleras de la entrada, terrazas, balcones y patios traseros) son difíciles de encontrar en la mayoría de las ciudades, pero cuando encuentras un rincón seguro en el que conseguir algo de aire fresco, puedes disfrutar aún más del momento poniéndote algo excepcional.
Chic frente a la laptop
Los emails, las teleconferencias, e incluso las reuniones en Zoom son siempre mejores con plumas de marabú.
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