Falsos mitos que no hay que seguir

“El jugo natural de naranja es sanísimo, es como si me estuviera tomando unas naranjas”

Tomar jugo natural es igual a tomar tres naranjas, por ejemplo, y tirando una y media a la basura. Ningún jugo puede ser considerado una ración diaria de fruta. ¿La razón? Cuando tomas la pieza entera, sí ingerís los nutrientes más interesantes, como la fibra, pero cuando la exprimís, ocurren, entre otras, dos cosas importantes: por un lado, tomas más cantidad, y por otro lado, separas la fructosa, que es azúcar, de su matriz, y el efecto que esto tiene sobre tu organismo no es el mismo.

“Si no desayuno lo estoy haciendo mal, así es imposible llevar una dieta sana”

Siempre hemos escuchado que el desayuno es la comida más importante del día, aunque en realidad, ese no es el quid de la cuestión. No pasa nada si un día te lo salteas, o lo tomas más tarde porque no tenes nada de hambre al levantarte. No hay un desayuno obligado ni adecuado al día, lo que sí es importante es la buena elección de alimentos que se desayunan. Cereales, azucarados, procesados, lácteos, bebidas chocolateadas, es ahí donde radica el problema realmente, no en si se desayuna o no.

“Por una copita de vino al día no pasa nada, es compatible con una dieta equilibrada”

Sencillamente, cualquier bebida que contenta alcohol nunca puede considerarse parte de una alimentación saludable. Una cosa es que te apetezca hacerlo de vez en cuando, como cualquier otro ‘vicio’. Compatible sería unos granos de la uva cada día, eso sí sería parte de una dieta saludable, cardiovascular y equilibrada.

“Hay que hincharse a proteínas si queres adelgazar”

Se ha hablado mucho de este grupo de alimentos y de algunos mitos que le rodeaban. Además de no ser una práctica saludable, podríamos aplicar el dicho de que es “pan para hoy y hambre para mañana”. Temporalmente conseguiríamos que el cuerpo se sacie, y la digestión empezaría a ser más lenta, y por ende tenderíamos a tomar menor cantidad de alimentos a lo largo del día. Sin embargo, estaríamos aplicando una alimentación poco equilibrada, difícil de mantener en el tiempo.

Lo interesante a la hora de perder grasa corporal es que se haga en un tiempo espaciado de tiempo. Las dietas proteicas no lo cumplen, al igual que el buscar mejorar hábitos alimenticios, que es donde radica el problema.