Acaba con la procrastinación en cinco pasos

La procrastinación es una característica que muchas personas incluyen en su modus operandi diario. De hecho, puede incluso convertirse en un hábito y en los peores casos en un estilo de vida y una forma de ser. El posponer tareas es un clásico, pero, ¿dónde está el límite? ¿Cuándo puede empezar a resultar perjudicial para nosotros y los que nos rodean?

Hay muchas personas que ‘posponen’ tareas sin darse cuenta de que lo hacen. Este es un doble problema, ya que el principio para subsanar un error es ser consciente de él. Empecemos entonces haciéndonos esta pregunta: ¿Tengo algo por hacer que llevo aplazando mucho tiempo?. Sin embargo si en vez de hacer todas estas tareas, dedicamos el tiempo a algo ‘no productivo’, estamos procrastinando. Y con más agravante, si nuestra excusa siempre es ‘es que no he tenido tiempo’.

Entonces, ¿qué hacemos?

Acepta que procrastinas: Como ya hemos dicho, aceptar que has caído en la procrastinación es el primer paso para empezar a ser consciente del problema y poder cambiarlo.

Deja de poner excusas: Basta ya de engañarte a ti mismo poniéndote excusas, creyéndotelas y diciéndolas a los demás. Tiempo tienes, pero no lo inviertes en lo importante porque no quieres. El segundo paso para dejar de procrastinar es dejar de poner excusas para seguir procrastinando.

No te distraigas más: Haz una lista con las tareas y empieza a intercambiar este tiempo por el ‘ocio’ o el tiempo que inviertes en las distracciones de siempre. Es que hacer lo mismo cada día no va a mejorar tu situación, solamente va a seguir aplazando que vivas tu vida de forma plena.

Márcate objetivos en un calendario: Plantearse objetivos específicos – no demasiado genéricos- accesibles y realistas puede ser la base del éxito. Marcarte fechas para conseguir estas metas en un calendario, será mucho mejor.

Cambia la actitud: Procrastinar es un hábito difícil de dejar como el tabaco. Sé consciente de que dejarás de decir ‘debo’ o ‘debería’ y lo cambiarás por el ‘quiero’ ‘hago’. Este cambio de pensamiento te motivará. También
recomendamos que para dejar de procrastinar dejes de ser tan exigente contigo mismo y empieces a aceptar que la perfección no existe.