Controlar el acné no siempre será fácil. Por eso, si queremos cuidar bien nuestra piel, el ácido succínico se podrá convertir en un gran aliado. Se trata de uno de los cosméticos más demandados en la actualidad y que más se consumen en el último tiempo. Eso sí, el ácido succínico no ha sido un desconocido para todo el mundo; en medicina estética se lleva haciendo uso de este desde tiempo para atrás. De esta manera, se cuidará bien la piel y, además, será el complemento ideal para los tratamientos de peeling o después de una intervención quirúrgica.
Pero, ¿qué propiedades tiene? El ácido succínico regula el pH, controla la segregación sebácea y protege frente a distintas agresiones, como puede ser la edad y el acné. Además, de forma natural, este producto se da en algunas frutas, cuando todavía están verdes, pero también puede extraerse del ámbar y de la fermentación de la cerveza y del vino. Como ya hemos comentado, este ácido será especialmente recomendado para las personas con pieles sensibles.
Se trata de un buen agente antioxidante, ya que ayuda a combatir los signos de la edad causados por el estrés oxidativo y, además, previene los efectos de los radicales libres al conseguir neutralizarlos. Son muchos los agentes externos que pueden incidir en el cutis, como es el caso de la incidencia del sol, la contaminación o el tabaco. Además, estamos expuestos a estos de forma constante y son los responsables de la aparición de manchas, líneas de expresión o la falta de luminosidad.
Además, este tipo de producto no llega a resecar la piel, pero sí produce un efecto como el ‘peeling’, aunque sin ser tan agresivo. De la misma forma, aumenta la hidratación de la piel, mejorando su textura y suavidad y atenuando esos pequeños pliegues. También, tiene una función reguladora del Ph y ayuda a equilibrar la piel, evitando que se sensibilice. Eso sí, estos ácidos pueden ser muy agresivos para pieles sensibles, pero en el caso del succínico este ejercerá una función más hidratante.
Como hemos comentado, el ácido succínico será imprescindible para regular el acné, ya que tiene acciones exfoliantes y ayuda a limpiar la piel eliminando toda la capa de células muertas que se acumulan en la superficie y llegan a obstruir los poros. También, actúa como seborregulador y equilibra las secreciones que emite nuestra piel y, por tanto, reducirá la posibilidad de que aparezca la piel.
Además, como ya hemos comentado, no llega a resecar la piel. Se trata de un producto antimicrobiano y antibacteriano, que controla la regulación de sebo y limpia la suciedad que se acumula sobre la piel. También, el ácido evita que los brotes proliferen y calman aquellos que ya están activos, reduciendo las rojeces y rebajando la aparición de los poros, evitando la posibilidad de obstruirse.
De esta manera, el ácido succínico líquido calmará, desincrustará e hidratará y lo más recomendable será aplicarlo en un gel, que tendrá una textura más fresca y que será de rápida absorción. Eso sí, se recomienda utilizarlo solamente en aquellas zonas afectadas por el acné y repetirlo durante unas tres veces a la semana. También, podemos encontrar esta versión en una loción antibacteriana con ácido láctico, escualeno y citrulina que ayudará a limpiar, calmar e hidratar la piel.
Por tanto, el ácido succínico será la mejor opción si estamos buscando que desaparezca ese acné que, en la mayoría de ocasiones, suele ser tan molesto y, además, no llegará a secar la piel de forma extrema. Sí que es cierto que hará un efecto ‘peeling’, pero será mucho más respetuoso con el cutis, limpiándolo todo bien, pero sin llegar a dañarlo. Además, ahora, que el acné se ha convertido en una realidad, debido al uso continuado de la mascarilla, el ácido succínico podrá ayudar a calmar la piel y a darle una nueva vida.
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