Hacen que nuestra mirada pierda frescura y que todo nuestro rostro se apague. ¡Descubre cómo prevenir la aparición de bolsas y ojeras con los consejos y trucos de belleza más sencillos y eficaces!
Fruto de la genética, de una mala noche, de la retención de líquidos o la mala circulación sanguínea, del estrés o del cansancio… el origen de las bolsas y ojeras puede tener causas muy diversas pero su resultado es siempre el mismo, un rostro apagado, envejecido y una mirada triste y cansada. Los ojos son un elemento clave en tu expresión y una mirada que transmita frescura y vitalidad es el mejor aliado antiedad.
Los hábitos saludables son esenciales para prevenir la aparición de las bolsas y ojeras. Dormir ocho horas (preferiblemente boca arriba), seguir una dieta equilibrada, baja en sal para evitar la retención de líquidos, y practicar algo de deporte garantizan mantener todo tu cuerpo y, por supuesto, también tus ojos, en perfecto estado. Una cena ligera a base de verdura y con poca sal ayuda a una menor retención de líquidos y, por tanto, a tener un mejor aspecto por la mañana.
Pese a ello, las poco favorecedoras ojeras y bolsas bajo los párpados pueden aparecer de manera ocasional debido a situaciones pasajeras (exceso de trabajo, falta de descanso, etc). Hay que tener en cuenta las características específicas de esta zona de nuestro rostro. La piel del contorno de los ojos es extremadamente fina y delicada. Además, en ella, la presencia de glándulas sebáceas y sudoríparas es mínima. Estas peculiaridades la convierten en un área cutánea que requiere cuidados constantes. Las ojeras, ese cerco oscuro (marrón-violáceo) bajo los ojos, pueden derivarse de un componente genético (pigmentación de la propia piel, unida a mala circulación o excesiva dilatación de los diminutos vasos sanguíneos).
Las bolsas, por su parte, son abultamientos de la piel formados bajo los ojos y que se generan por una pérdida de tono en el músculo y piel del párpado, lo que produce un adelgazamiento y protrusión de las bolsas de grasa que rodean el ojo por detrás de los párpados. Las bolsas aportan a los que las sufren rostros cansados y tristes. Pueden ser hereditarias o por el paso del tiempo o envejecimiento, pero hay factores como el consumo de alcohol, tabaco y la falta de sueño, que también influyen.Con suma frecuencia, las bolsas suelen ser fruto de retenciones de líquido transitorias. Es aconsejable dormir con la cabeza más alta que el cuerpo, es decir, con una almohada o dos, ya que provoca que el líquido se acumule menos en la zona facial, en concreto en las bolsas oculares. De esta manera, nos levantaremos con mejor aspecto y con los ojos menos hinchados. Cuando su presencia es perenne, especialmente si va acompañada de otros síntomas: cansancio, estrés, fatiga, insomnio… pueden ser un claro aviso de la necesidad de visitar al médico.
Por suerte, en la mayoría de los casos, las bolsas y las ojeras son pasajeras y tienes a tu alcance sencillos remedios para volverlas “invisibles”. Las cremas y parches específicos, capaces de refrescar y descongestionar la zona, son muy eficaces, pero si te le levantas con “mala cara” y necesitas una solución rápida, también puedes recurrir a “trucos” que devolverán la frescura a tu mirada en pocos minutos como los siguientes:
El frío hará que disminuya la hinchazón (reduciendo las bolsas) y además provocará un efecto vasoconstrictor sobre las diminutas venas que marcan las ojeras, mejorando la microcirculación de la zona. No lo apliques directamente sobre la piel. Cubre dos o tres cubitos con un paño fino y aplícalos en toda el área ocular, con los párpados cerrados, y sólo unos segundos (descansa y vuelve a aplicar varias veces). También puedes utilizar un antifaz frío.
Lavar la cara con agua muy fría por la mañana ayuda a bajar las bolsas. Además con el ejercicio físico a primera hora -aunque sea simplemente andar- se acelera la eliminación de líquidos en la zona facial y, por lo tanto, mejora antes el aspecto de las bolsas. Muy eficaz resulta también una sesión de ejercicio facial matutino en la que puedes guiñar 20 veces cada ojo para que la inflamación remita.
Las magníficas propiedades de estas plantas, fáciles de adquirir en forma de infusiones, llegan también a los tratamientos para revitalizar la mirada. Limpian los ojos, desobstruyen lagrimales y calman las pequeñas irritaciones. Guarda las bolsitas de infusiones una vez utilizadas en la nevera para que estén frías y aplícalas en los párpados 15 minutos mientras te relajas. Otra opción es hacer la infusión y, una vez fría o ligeramente templada, empapar dos algodones en el líquido y dejarlos actuar sobre tus párpados.
Otra infusión maravillosa para reducir las bolsas es la de pétalos de rosa. Prepárala bien cargada y déjala tapada en infusión durante al menos 1 hora. Transcurrido ese tiempo, cuela y aplica en compresas sobre ojos y párpados. Relájate y deja que actúe 10-15 minutos.
Son tan conocidas como eficaces a la hora de refrescar y disminuir la hinchazón de los párpados. En ambos casos, corta las rodajas finas y aplícalas en crudo, sin cáscaras y mejor sumergidas previamente unos minutos en leche fría. Colócalas sobre los párpados y déjalas actuar 20 minutos.
Con aloe vera y pepino podrás conseguir una solución casera muy eficaz para descansar los ojos, iluminar y reducir las ojeras:
Y si lo que quieres es prevenir las ojeras, prueba mezclando medio vaso de aceite de germen de trigo, medio vaso de aceite de melocotón y 50 gramos de lanolina al baño maría. Aplica el producto resultante todas las noches en la zona y nada hará sombra a tu mirada.
Puedes elaborar algunas especialmente adecuadas para descongestionar toda la zona combinando por ejemplo:
Si te levantas en ocasiones con losojos muy hinchados debido a que no has descansado bien, puedes probar con este truco:
Además, si has tenido un día agotador, antes de meterte en la cama aplica en todo el contorno de ojos y párpados aceite de ricino. Así evitarás que el cansancio y las ojeras se reflejen en tu mirada.
La solución definitiva para las bolsas que no desaparecen es el tratamiento de la blefaroplastia química, en la que se realiza un peeling medio localizado que dura unos 10 minutos.
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