Una base fluida. Como hablamos del día a día, esos momentos donde tenemos mucho que hacer, entre otras cosas, ir a trabajar, no apostamos por una base de maquillaje como la que usaríamos por ejemplo para una fiesta o evento. En esta ocasión nos fijamos en una base o fondo de make up que sea fluida, es decir que no quede completamente mate en el rostro, sino que se deshaga en él. De ese modo, conseguiremos tener el efecto ‘buena cara’ pero sin usar demasiado producto. Espárcelo con una beauty blender por todo el rostro y deja que se asiente. No olvides el cuello, por delante y también hacia los lados.
Un toque de máscara de pestañas. Lograr que tus ojos se vean más despiertos solamente depende de un producto, y es la máscara. Repasa tanto tus pestañas de arriba como las de abajo y pinta despacio y a toquecitos suaves.
Colorete. Cuando te hayas aplicado la máscara ya se habrá secado perfectamente la base fluida y podrás aplicar el resto de productos. El colorete es capaz de cambiar nuestro rostro enseguida, y puedes ponerlo en las mejillas, tanto en la parte frontal como en el pómulo para que la cara quede más afinada.
Pintalabios. No importa el color, sino el hecho de que los labios estén rellenos y jugosos. Aplica un labial que case con el look que hayas elegido para la ocasión y no te cortes, perfila con la misma barra -con la parte más alta que es estrecha- y después rellena a toquecitos.
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