EL COLOR:
Tiene que ser del mismo tono natural que tu piel (o uno más claro, si es invierno). Y dar con él es lo más difícil. ¿Cómo descubrirlo?. Probala en el cuello con luz de día (si es al sol, mejor); si se confunde con el cutis, acertaste, ¡es la que tenés que usar!
LA TEXTURA:
Fluída: ideal para pieles sensibles (si son hipoalergénicas, mejor).
Líquida: de base acuosa y oil free, es especial para piel mixta.
Mousse: lo mejor para piel grasa porque absorbe el brillo.
BB Cream y CC Cream: especiales para cutis maduros ya que no sólo hidratan sino que además, funcionan como tratamiento anti-aging.
¿MATE O BRILLANTE?
En realidad, es una cuestión de gusto personal y tiene que ver con la época y con lo que esté de moda. Pero, como regla general, tené en cuenta que una base mate te va a quedar mejor si tenés piel grasa, porque ayuda a controlar brillos. Usala si querés lograr un efecto empolvado y de cutis aterciopelado. Adoptá una brillante para conseguir un look con glow, que aporta luminosidad, frescura y rejuvenece.
TIPS DE USO:
Acostumbrate a tener siempre 2 bases: una para invierno y otra para verano.
Menos es mas. No te excedas y colocala desde el centro (la nariz) hasta los extremos de la cara, esparciéndola bien. Los expertos sugieren aplicarlas con los dedos porque el calor de la piel ayuda a que se fundan mejor.
Difuminala bien en el límite con el pelo.
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