Brotes de acné
A pesar de que los datos dicen que el 20 al 30% de los adultos padecen acné, si estás teniendo brotes inusuales o intensos durante el aislamiento, pueden deberse al estrés o a la alimentación. Cuando estamos inquietos el cuerpo aumenta la producción de cortisol, que causa inflamación y también puede provocar un aumento de la producción de sebo. Además, el exceso de azúcar, carbohidratos y lácteos, que es normal que estemos abusando de estos alimentos durante la cuarentena, pueden hacer que nos salgan granitos.
Seguir una limpieza e hidratación diaria exhaustivas es tu cometido. Limpia tu rostro tanto por la mañana como por la noche, aunque no te hayas maquillado durante el día, con productos que no sean astringentes para que no se sequen en exceso. Por la mañana aplica una crema no comedogénica y por la noche utiliza una que contenga ácido hialurónico para que hidrate, pero sin aportar lípidos. Y tene cuidado de no tocarte la cara para no extender los granitos de una parte del rostro a otra.
Falta de luminosidad
No tomar el sol ni el aire suficiente durante bastantes días hacen que nuestra piel tenga un aspecto algo más opaco. Un buen exfoliante acompañado de cosmética que contenga en su formulación vitamina C serán tu salvación en este caso. Para el primero elige mejor uno químico, porque es menos agresivo, pero si sos de las que prefieren uno físico, asegurate de que sea suave. Usalo una vez a la semana y acompáñalo de un cosmético con vitamina C de uso diario, ya que este activo es perfecto para aportar energía a tu piel e inundarla de luminosidad.
Sequedad
Es probable que haya aumentado tu consumo de cerveza o vino durante la cuarentena y ¡el alcohol reseca la piel! El cuerpo lo trata como una toxina, ya que el alcohol produce deshidratación, inflamación y dilata los vasos sanguíneos. Aparte de moderar la ingesta de alcohol opta por serums y cremas hidratantes que contengan antioxidantes, ya que son los que mejor combaten el daño de los radicales libres. Procura también ventilar la casa lo mejor posible, beber mucho líquido y, si podes, invierte en un humificador para aumentar la hidratación de tu dermis desde el interior.
Rojeces
Si no sos propensa a sufrir enrojecimiento o rosácea, las mismas preocupaciones causantes de los brotes de acné pueden ser las que provoquen las manchas rojizas de la piel. Esto se debe a que el estrés reduce el buen funcionamiento del sistema inmunológico, lo que puede producir tanto inflamación como cambios hormonales. Tu aliado en este caso será un cosmético que contenga niacinamida, también conocida como vitamina B3, ya que tiene propiedades antiinflamatorias y refuerza la barrera protectora de la piel.
Además, es mejor que evites abusar de los exfoliantes -si tu piel no está acostumbrada, es preferible que la exfolies cada 15 días en vez de una vez a la semana– y aplicar activos potentes como el retinol o el ácido glicólico. Y recorda que ahora no es el momento de experimentar con productos de belleza nuevos, ya que tu piel puede no tolerarlos bien.
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