También llamado beta hidroxiácido (BHA), el ácido salicílico es un ingrediente multifuncional que sirve para abordar muchas de las causas sistémicas del acné. Su principal beneficio es que actúa como un exfoliante. Debido a que tiene la capacidad de penetrar en los poros y exfoliar dentro, así como en la superficie de la piel, es especialmente eficaz para reducir los brotes de acné, incluidos los puntos negros y espinillas.
¿Qué beneficios tiene para la piel?
Su principal función, la exfoliante, lo convierte en una gran renovador de la superficie de la piel, lo que ayuda a mejorar lesiones como el acné, las cicatrices y las arrugas, así como a suavizar la textura de la piel. Regula el sebo en las pieles grasas y tiene propiedades comedolíticas (elimina los puntos negros y espinillas) y queratolíticas (elimina las células muertas).
Tiene acción despigmentante, ayudando a combatir las manchas y unificar el tono de la piel. Limpia en profundidad la piel, ya que penetra hasta capas más profundas que otros ácidos.
¿Para qué pieles?
El ácido salicílico es ideal para tratar las pieles grasas y mixtas y con tendencia al acné. Es un activo que ayuda a combatir los puntos negros y las espinillas, a limpiar la piel, regular el exceso de grasa y controlar el acné.
Precauciones
Hay que tener algunas precauciones, ya que, como otros ácidos, el ácido salicílico no se recomienda en mujeres embarazadas o en fase de lactancia.
Por otra parte, es un activo que puede provocar irritación y también deshidratación de la piel e incluso descamación. Por eso lo ideal es incluirlo en la rutina de belleza bajo supervisión de un especialista y de forma gradual para evitar los efectos secundarios.
También es importante tener en cuenta que, si se usa un tratamiento con ácido salicílico, hay que utilizar protección solar a diario.
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