Nadal es el amo de Nueva York

Nadal es el amo de Nueva York

El español se impuso en un duelo dramático de cinco sets a la máquina rusa Medvedev y así se adueñó del Abierto de los Estados Unidos, consiguiendo de esta forma su decimonovena corona en Grand Slams.

Rafael Nadal era una de las fijas en la previa del torneo por las cuestiones lógicas de su ranking y de su actualidad. El actual número dos del mundo llegaba a Nueva York siendo el dueño de Montreal, jugando un nivel superlativo y, además, con la dicha de que su cuadro no tenía demasiados nombres complicados en el camino, lo que lo perfilaban definitivamente como uno de los candidatos a quedarse con el título. Rafa, bien a su estilo, no desentonó y cumplió con la expectativa y, de esta forma, se transformó, una vez más, en el rey de Nueva York.

Cuatro horas y cuarenta y nueve minutos debieron pasar para que el mallorquín derrote al ruso Daniil Medvedev, el nuevo jugador sensación en el circuito de la ATP. El marcador final terminó con un 7-5, 6-3, 5-7, 4-6 y 6-4 en favor del español, quien, de esta forma, se quedó con su decimonoveno Grand Slam y su cuarto Abierto de los Estados Unidos.

El encuentro en sí fue una verdadera batalla de tenis con dos estilos muy opuestos. Mientras Rafa es el rey de los efectos con top y una máquina de desgastar al rival, el ruso es un animal desesperado tirando bombas desde todos los sectores de la cancha, con una técnica muy poco ortodoxa, pero a la vez bien efectiva, que lo llevan a pegar unos golpes bien planos y complicados para el rival.

A través de estas dos formas de juego se disputó el match, que comenzó ampliamente favorable para Nadal. Dos primeros sets en su bolsillo y un quiebre en el tercero hacían prever el desenlace de la historia en apenas unos minutos, pero el tenis se termina cuando se estrechan la mano ambos jugadores, por más paliza numérica que haya en el marcador.

Medvedev se soltó del todo y cada tiro que lanzó desde su raqueta parecía un misil ruso teledirigido a los lugares libres de la cancha, algo que complicó de sobremanera a Nadal y no solo le hizo perder ese quiebre de ventaja, sino que, un rato más tarde perdió el tercero y el cuarto set, para quedar igualado en el score y definir toda la historia en el quinto parcial.

Allí, primer golpeó Nadal y en dos oportunidades seguidas, en el quinto y en el séptimo juego, se quedó con el servicio de su rival. Medvedev, ni lerdo ni perezoso, salió a jugarse los últimos cartuchos que le quedaban en ese brazo derecho que explotó la pelota durante las dos semanas de competencia en Nueva York, consiguiendo no solo el break en el octavo, sino también manteniendo el servicio en el noveno y preocupando a su oponente en el décimo game, hasta el momento en el que tuvo break point a favor hecho que el español resolvió pronto y, tras concretar su primer punto de partido con su servicio, se quedó con el encuentro tras casi cinco horas.

De esta forma, Rafa quedo a tan solo un Grand Slam de igualar la marca de Roger Federer, siendo el suizo, aún el máximo campeón de Grand Slams en la historia del deporte blanco, con veinte conquistas. Sin embargo, a Rafa los números le pasarán al análisis en un futuro inmediato; hasta ese momento, la celebración de su segundo título Major en el año y su cuarta corona en Nueva York es motivo para el festejo.


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