Es definitivo y oficial, el mallorquín decidió bajarse del certamen de Nueva York por la cantidad de contagios por Coronavirus presentes en la zona.

Sin dudas, la noticia del día en el mundo tenis. La negativa cayó como un baldazo de agua helada en plena controversia de la vuelta del tenis profesional masculino. Es que el español Rafael Nadal, número dos del planeta, definió su calendario y decidió no participar del Abierto de los Estados Unidos, hecho que, sin dudas, movió todos los cimientos de las bases que se querían construir desde el retorno de la actividad en plena pandemia.

Quizás la crítica de Nick Kyrgios hace algunos días pudo haber hecho entrar en razón a algunos tenistas, quizás no. Lo cierto es que tras ese controversial anuncio del Aussie, en donde expresaba su baja del US Open y ponía en tela de juicio la actitud de algunos referentes del deporte blanco a nivel mundial, Rafa Nadal tomó la iniciativa, primereó a todos y decidió decirle “no” a uno de los torneos de Grand Slam más atractivos del circuito y, sin lugar a dudas, el más marketinero de los cuatro.

La cantidad masiva de casos que aún persiste en Nueva York y, sobre todo, en los Estados Unidos, de COVID-19 hicieron que el mallorquín repensara la decisión de participar del Major de la Gran Manzana y, tras primar en su persona lo sanitario por encima de lo deportivo, prefirió esperar un tiempo más para la vuelta y dedicarse así a que ese retorno se dé recién en Europa, cuando el calendario mute de superficie y viaje al Viejo Continente en busca del polvo de ladrillo y las canchas anaranjadas, donde tendrá la obligación de defender, entre otras cuestiones, los títulos del Masters 1000 de Roma y Roland Garros, competencias que, por el momento, siguen en pie en cuanto a su organización.

Cabe destacar que el tenista de Manacor, con su baja del US Open, también acompañó el anunció con su deserción en el Masters 1000 de Cincinnati, que se disputará en la previa al Grand Slam estadounidense.