El mallorquín no pierde tiempo en cancha y vapulea a sus rivales en Montecarlo. Este jueves le tocó a Dimitrov sufrir sus embestidas. Ahora, en cuartos, enfrentará al argentino Pella con el fin de meterse en semifinales.

Rafael Nadal es, sin dudas, el dueño de la cancha central y el predio donde se disputa el Masters 1000 de Montecarlo. El español logró el título en esas canchas de polvo en once ocasiones y, camino hacia la 12, la contundencia y el nivel parecen ser demoledores desde esa zurda envenenada. Esta tarde quien padeció su maestría fue el búlgaro Grigor Dimitrov al cual derrotó por 6-4 y 6-1 en una hora y treinta y cuatro minutos de partido para acceder a los cuartos de final, donde se verá las caras frente a Guido Pella en el día de mañana.

Nadal, quien el miércoles había vencido a su compatriota Roberto Bautista Agut dándole una verdadera clase de cómo jugar en polvo de ladrillo, no le dio ni la más mínima chance a Dimitrov en este jueves, más allá de que el búlgaro, ex número tres del mundo, haya jugado un partido tremendo durante todo el primer set. Lo del mallorquín es una clara muestra de que, en esta parte de la temporada, está un escalón por encima de sus rivales y que, para triunfar sobre él, tendrán que hacer cosas tenísticas imposibles.

Mañana, en el tercer turno de la cancha central, se medirá ante Pella, con el fin de alcanzar las semifinales y estar un paso más cerca de la conquista número doce en suelo del Principado. En duelos personales ante el bahiense, Nadal lidera la serie por 2-0, sin haber cedido siquiera un set y en donde el argentino jamás pudo hacerle más de tres games en un mismo parcial.