La ciudad de las acequias cuenta con un poco de todo: Desde opciones citadinas para saciar las ganas de cafés y museos hasta paisajes imponentes a poco tiempo de viaje. Estos son algunos de los imperdibles que aseguran volver con pies casados y el celular lleno de fotos.
Un buen lugar para empezar es la calle Arístides, epicentro de la gastronomía local. Después de cargar energía con un plato suculento se pueden visitar los museos de la ciudad, para ver obras de artistas emergentes hay que marcar en el GPS Espacio Contemporáneo de Arte “Eliana Molinelli”, es de acceso gratuito y está ubicado en una casona céntrica. Atenti a los techos para no perderse las claraboyas y frescos pintados.
El Museo Carlos Alonso (también gratuito) es una joyita imperdible, reúne obra de diferentes décadas del artista en una mansión coqueta e imponente. A la salida, sí o sí hay que caminar hasta el Parque General San Martín, un pulmón verde lindo y tan grande que el único desafío es guiarse para salir. Recomendado acompañar la caminata con alfajores artesanales. ¿El mejor alfajor mendocino? Eso queda a gusto de cada paladar, la única solución es probar varios, o un poco más.
Maipú queda a 30 minutos en auto de la capital mendocina y la recompensa empieza en el mismo viaje, cuando los picos nevados se dejan ver por la ventana. Ahí se alza la aceitera Laur, que es para los amantes del aceite de oliva, lo que una juguetería para un chico. Fue fundada en 1889 y destacada en distintas ocasiones como la olivícola número uno del mundo.
La localidad de Potrerillos tiene corazón turquesa: un dique encajonado entre picos que regala postales de colección. Desde la terminal de Mendoza, el viaje es de poco más de una hora, en constante subida. Las opciones de turismo aventura van desde rafting y kayaking hasta trekking y canopy. La excursión de kayak lleva por el dique, rompiendo la superficie del agua de deshielo con los remos y disfrutando la paz del entorno. Belleza y calma.
El traslado entre los refugios y el espejo de agua se hace en combis y no es necesario tener experiencia previa. Antes de salir se provee de vestimenta de neoprene y si el clima es frío, a la vuelta se comparte un té caliente alrededor de (muy bienvenidas) estufas.
Así sí, con fotos de las montañas, buenas comidas, un par de museos visitados y algún que otro vino para ubicar en la valija se puede emprender la vuelta.
Datos útiles:
El Aeropuerto Internacional El Plumerillo queda a 20 minutos del centro de Mendoza.
Para ir a la fábrica de aceite de oliva se puede contratar una excursión o un remis (30 minutos de viaje).
El pasaje a Potrerillos se compra en la terminal. Una vez allá podés hacer excursiones guiadas y deporte aventura con varias empresas. Dos de las más conocidas Potrerillos Explorer y Lauke.
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